𝐼𝑠 𝑖𝑡 𝑊𝑟𝑜𝑛𝑔 𝑡𝑜 𝑆𝑤𝑖𝑛𝑔 𝑇𝘩𝑟𝑜𝑢𝑔𝘩 𝑡𝘩𝑒 𝐷𝑢𝑛𝑔𝑒𝑜𝑛?

Capítulo 10: En el Ojo de la Tormenta

Mientras Bell y Peter continuaban su viaje hacia la mazmorra, una sensación de anticipación mezclada con aprensión flotaba en el aire. Los acontecimientos de la aventura de ayer todavía estaban frescos en sus mentes, recordándoles los riesgos que acechaban dentro de la mazmorra.

—Oye, Peter —intervino Bell, rompiendo el silencio—, deberíamos comprar algunas pociones antes de entrar. Nuestro suministro se está agotando peligrosamente, especialmente después de la terrible experiencia de ayer. Conozco una farmacia cercana.

Peter levantó una ceja ante otro término moderno en este mundo aparentemente medieval.

—Bien pensado, Bell. Lidera el camino —dijo.

Peter se puso la máscara para comunicarse directamente con Jane.

—Jane, ¿algún consejo para la inmersión en la mazmorra de hoy? Nuestro objetivo es maximizar nuestras ganancias.

—[Por supuesto, Peter —respondió ella, con un tono tranquilo y mesurado—. Cíñete a los pisos 7 al 9 para obtener la mejor relación botín-riesgo.]

Peter asintió pensativamente ante el astuto consejo de Jane.

—¿Qué tal si profundizamos más? —preguntó, despertado su curiosidad.

—[No es aconsejable —advirtió Jane—. Una vez que llegues al décimo piso, te enfrentarás a enemigos más grandes y formidables, como orcos y dragones infantiles. Tus cuchillos no serán suficientes contra ellos. Invierte en armas de mayor alcance antes de aventurarte allí.]

Peter asintió comprendiendo, agradecido por las ideas de Jane.

—Entendido —reconoció—. ¿Algún peligro hasta el noveno piso? —preguntó, su mente regresando a la emboscada de ayer por parte de las War Shadows.

La respuesta de Jane fue rápida e informativa.

—[Espere encuentros con polillas violetas en el séptimo piso y debajo. Abastézcase de antídotos para neutralizar su polvo venenoso —aconsejó—. Y ten cuidado con las hormigas asesinas; usan feromonas para atraer a sus compañeros si están heridas, así que asegúrate de despacharlas rápidamente. Además, no pierdas tiempo ni espacio en la bolsa recogiendo piedras de los monstruos del piso superior. No vale la pena. Es recomendable en su lugar destruirlo.]

Pedro preguntó confundido.

—¿Destruirlos? ¿Por qué hacer el esfuerzo?

Jane hizo un comentario interesante.

—[Los monstruos pueden volverse más fuertes al comer los cristales mágicos de otros monstruos. También pueden convertirse en monstruos irregulares con poderes impredecibles si comen suficientes cristales. Por lo tanto, es una práctica común destruirlos si no los recolectas.]

—Gracias por avisarnos, Jane. Definitivamente tomaremos en cuenta tu consejo —reconoció Peter agradecido. Agradeció en silencio su decisión de pasar un tiempo en la biblioteca escaneando libros en la base de datos de Jane ayer.

Llegaron a una tienda destartalada y desgastada adornada con un letrero descolorido que decía «Farmacia Azul». El exterior apenas inspiraba confianza, pero al entrar, Peter encontró el interior sorprendentemente limpio, aunque mostraba su edad.

En el mostrador había una chica con largo cabello castaño, vibrantes ojos morados y distintivas orejas y cola de perro. Su atuendo era igualmente único, con una falda diseñada para acomodar su cola y una peculiar camisa con mangas asimétricas, una corta y la otra lo suficientemente larga como para cubrir su brazo derecho. Un guante adornaba su mano derecha, contribuyendo a su apariencia enigmática.