Capítulo VIII

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ADVERTENCIA

Esta historia contiene representaciones oscuras, y a veces violentas, del mundo del crimen organizado, la agresión sexual, y algunos eventos descritos en esta historia pueden ser desencadenantes para algunos lectores.

ITALIA, MILÁN. . .

AURORA, EL AMA DE LLAVES, LA CONDUJÓ AL SALÓN. LA ESTANCIA TENÍA UN ESTILO TAN FORMAL QUE LE PARECÍA OPRESIVO. Estaba examinando un antiguo retrato que se encontraba colgando encima de la chimenea. En el retrato se podía apreciar a un hombre muy atractivo con rasgos similares a los de su captor. Estaba muy entretenida viéndolo, cuando la puerta francesa se abrió.

-Espero que encuentres cómoda nuestra habitación, cara- comentó Sasuke con voz profunda y calmada.

«¿Nuestra?» repitió Sakura en su mente con un nudo en el estómago. Esa tarde habían hecho un trato y todo indicaba que Sasuke no iba a desperdiciar un sólo segundo para hacerlo cumplir. Sakura se volvió lentamente y su mirada vacilante se posó en la de Sasuke. Aunque se había jurado que mantendría la compostura, el estómago le dio un vuelco. La imagen de Sasuke en smoking, la camisa blanquísima y la oscuridad de sus ojos, la echaron atrás y se puso todavía más ansiosa.

-. . .Mucho. . . - le contestó Sakura con rigidez.

-¿Qué te gustaría beber?

Sakura se puso más tensa y se enfureció consigo misma por estar hipersensible. -Cualquier cosa -murmuró. Tensa como la cuerda de un arco, lo vio cruzar la habitación hacia un armario y escuchó el suave tintineo de dos vasos de cristal.

Mientras Sasuke servía las bebidas, Sakura no pudo evitar recordar la exagerada respuesta a sus caricias y se avergonzó. Él tenía el poder de derretirla como el fuego a la cera y hacerle desear un placer prohibido que solo era capaz de experimentar en sus brazos. Al admirarlo, Sakura se quedó paralizada y pálida repentinamente, y Sasuke escogió ese preciso momento para deslizar un vaso alto entre sus nerviosos dedos.

-Un whisky. Sólo puedo esperar que no pretendas emborracharte demasiado esta noche.

Sakura miró el vaso con horror.- ¿Whisky? Soy menor de edad, ¿lo recuerdas? No puedo beber alcohol, Sasuke. Si mi abuela se enterará que bebí me mataría.

-Cara, es una noche especial para los dos, y yo estaré contigo para cuidarte. Además, aquí no hay nadie que pueda reprenderte por beber una copa, sólo yo. Y yo estoy demasiado lejos de ser un hombre de principios inquebrantables y que respete las reglas morales que dicta la sociedad.

-Lejos de ser un buen hombre- estuvo de acuerdo Sakura. Si le hubieran ofrecido una copa con veneno, no se hubiera sentido tan amenazada. Un sólo trago a esa bebida y ella estaba segura de que vomitaría. Sakura levantó la cabeza con una oleada de furia. Se llevó el vaso a los labios y bebió como un marinero recién atracado después de seis meses de sobriedad. Con la rabia, no le supo a nada. -Gracias. Lo necesitaba.

-Es evidente. . . Hoy estás preciosa -dijo con una voz profunda. No le había oído acercarse a ella, levantó el rostro y sus miradas se encontraron.

-Yo. . .- Eso fue todo lo que pudo decir. Su estatura, el ancho de sus hombros, la poderosa atracción que ejercía sobre ella aquel rostro duro y oscuro la dejaron sin habla. Arrastro como pudo la mirada hacia abajo y miró el vestido que estaba usando. -Es demasiado corto -se quejó Sakura -. Y demasiado ajustado y revelador para mi gusto.

-Tonterías. Es perfecto para ti, cara -y con una voz que le erizó la piel, añadió-: Tú eres perfecta. O lo serás cuando hayamos añadido esto. . .-Se acercó a ella y le quitó el vaso de la mano. Olía diferente, a algo cálido, almizclado y sensual... y se encontró de pronto sobrecogida por su presencia, por su arrebatadora masculinidad. Por el poder de su sexualidad. Oh, no. . .

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