Capítulo VI

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ADVERTENCIA

Esta historia contiene representaciones oscuras, y a veces violentas, del mundo del crimen organizado, la agresión sexual, y algunos eventos pueden ser desencadenantes para algunos lectores.

ITALIA, MILÁN. . .

SAKURA INSPECCIONANDO SU REFLEJO EN EL ESPEJO DE MANO, ALZÓ SU OTRA MANO LIBRE Y CUIDADOSAMENTE CON LA PUNTA DE SUS DEDOS PALPÓ SU LABIO INFERIOR LASTIMADO. PARECÍA HABERSE hinchado un poco más, pero al menos no le quedaría una fea cicatriz y tenía que admitir que Sasuke había sido lo bastante considerado al curarle el leve corte.

Dejó el espejo sobre el sofá donde estaba sentada y observó nerviosamente a Sasuke mirándola con el ceño fruncido desde detrás de un escritorio ornamentado. Las estanterías de las paredes estaban repletas de libros encuadernados en cuero. Sintiéndose muy incomoda por su intensa mirada furiosa, Sakura bajó la mirada hacia las manos inquietas en su regazo y sintió una inmensa vergüenza. Un peligroso mafioso la mantenía cautiva, y lo único que podía hacer era estremecerse y querer más de él. Su consuelo, sus caricias... sus besos.

Sentía que corría peligro de ir al infierno por sus deseos. Este no era un hombre ordinario con el que estaba fantaseando.
Era un criminal. Un matón. Un asesino. Un mafioso. El hecho de que lo quisiera contra su voluntad... El hecho de que su cuerpo respondiera a él... ¿Qué decía eso de su pobre alma? Se sentía manchada por el pecado, como si su ser y su corazón comenzarán a ensuciarse...

Y por primera vez desde que había empezado a maquinar, quizo regresar a su hogar no sólo para escapar del peligro que la amenazaba, sino para desahogar su alma manchada. Había visto a un hombre morir a manos de Sasuke y lo único que fue capaz de pensar fue que ese hombre lo tenía bien merecido, además de sentir un inmenso alivio. Corría el riesgo de morir en el infierno por los sentimientos que le inspiraba Sasuke Uchiha...

-Yo... Sasuke

-No lo hagas... - gruñó Sasuke enojado.

Sakura dejó escapar un suspiro tembloroso y armándose de valor, levantó la bandeja de la mesa y se incorporó del sofá. Su contenido se agitó ligeramente en sus manos temblorosas.

-Ya que me ayudaste... Debería atender tu mano.

Sasuke entrecerró los ojos. -¿Eso es todo?

-...y para darte las gracias. Otra vez. Por salvarme.

Sasuke la miró furioso. -¿Y?

Sakura lo miró en silencio, sin saber que es lo que él quería oír. -...

-Por huir -gruñó.

Sakura se mordió el labio inferior, habían pasado muchas cosas en las últimas horas. Lo único que olía era la mano manchada de nicotina del desconocido sobre su boca...
Y lo único que oía era el tintineo de las hebillas de sus cinturones mientras se desabrochaban los pantalones.

-... por huir -susurró.- Fue imprudente, pero debes considerar que fuiste muy cruel con tus palabras. Además como pretendías que actuará después de enterarme de que eres... Un mafioso.

Eso pareció satisfacer un poco a Sasuke. Hizo un gesto con la cabeza y ella se acercó a él. Había una otomana junto a su silla. Se sentó en ella mientras hacía su trabajo.
Cogió su mano con ternura y la examinó. Había limpiado la sangre de sus agresores, pero los nudillos estaban magullados, raspados e hinchados. Puso un poco de hielo en una de las toallas, mojó el paño con agua derretida en el cubo y se lo puso en la mano.

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