Capítulo 6, Parte 1

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En un pueblo lejano de Tokyo, había un joven de 17 años alto, apuesto y, por supuesto, bien dotado.

Hacía muchos años que ya tenía un matrimonio por conveniencia hecho con una mujer dulce y por supuesto de su mismo nivel de clase social.
Tal evento generaría mucho dinero y poder para ambas familias, por lo que era lo mejor para ese círculo.

El hombre nunca se negó a tal matrimonio. Le parecía una mujer muy bella y amable, así que pensó que su descendencia tendría buenos dotes de fuerza y belleza para conseguir un buen linaje.
La mujer estaba encantada, aquel hombre siempre le atrajo así que era una fortuna haberse comprometido gracias a sus familias, era un sueño para ella poder dar a luz a sus hijos, vivir con él...

A pesar de que la mujer fuera leves años mayor que él nunca fue de máxima importancia, ambos eran lo suficientemente jóvenes como para que nadie notará aquella diferencia de edad.

Hacía meses que se veían entre ambos, sonreían, paseaban, se querían... De todas formas, estar tanto tiempo con una persona por un propósito a largo plazo hace que termines cayendo, y eso fue lo que pasó.

- Haruhime...¿Tú eres feliz conmigo? - decía el hombre con una voz suave, mientras acariciaba el cabello negro de su prometida.

-¿Qué pregunta es esa? Claro que lo soy. Eres todo lo que he deseado... Escuchar el formar una familia contigo me hace tan feliz... -Sonreia, posando sus brazos sobre los hombros de este para darle un leve beso en la mejilla.

Una sonrisa apareció en su rostro. -Es cierto. Yo también estoy feliz con ello. -respondió para agarrar sus mejillas y besarla con cariño.

Ella aceptó, mientras se apegaba más a él y obtenía una risa alegre. -Te amo, Michikatsu~

-Yo también te amo, Haruhime ~ -confirmo para hundirse con ella en el beso.

* * *

Pocos meses después, a la recién mayoría de edad de Michikatsu, ambos humanos se unieron en matrimonio formal. Fue un día maravilloso para ambos... Quién diría que un matrimonio por conveniencia fuera asombroso para los emparejados.

Pasada la ceremonia y llegada la noche, se adentraron a su nueva residencia de casados, llenos de besos y caricias de amor prometiendo eternidad.

-Michikatsu...tengamos un bebé -decía la mujer de shiromuku blanco como la nieve, mientras abrazaba a su ya esposo, con cariño, con dulzura, con amor.

-Por supuesto, sería yo muy feliz engendrar una criatura contigo~ - respondía con una sonrisa sincera mientras agarraba a su esposa de la cintura, llevandola a la habitación.

Su ambiente lleno de besos, caricias y promesas de amor eterno fueron apareciendo por cada minuto que pasaba.
Ambos cuerpos desnudos unidos en un vaivén perfecto. El placer y el amor en el ambiente creando una armonía perfecta; los toques sutiles de placer de aquella primera vez...gruñidos, sollozos, gemidos.
La emoción de una unión nueva, el sentimiento de amor eterno que se juraba por la situación originada. Todo era precioso para ambas almas.

- M-michikatsu...Te amo. -decia aquella mujer acostada sobre el futón, abrazando con sus piernas la cintura del contrario, mientras este se movía suavemente contra ella.

-Yo también te amo. -pronuncia con una sonrisa dulce y bajaba su cabeza para besar y amar el cuello de su amada, mientras sus movimientos eran sutiles y delicados, queriendo disfrutar de aquel preciado momento.

La noche pasó, Michikatsu veía el rostro de su amada descansar, lo adoraba, adoraba tener algo por quién estar vivo... Alguien por quién luchar...

* * *

Dancing In The Moonlight |  Michidou-Kokudou angst. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora