Capítulo 5

94 16 4
                                    

-No, parecería que abuse de ti... Dios... Yo siendo del doble de tu edad y tú tan pequeño... Yo... Podría ser perfectamente tú padre.

-Hey, estoy bien, enserio. Yo también quería hacer el amor contigo... -posa sus manos sobre las mejillas de este y lo besaba.

Michikatsu se quedó de piedra al sentir aquel beso proveniente de Douma. Se quedó rígido, no sabía que pensar en ese momento. La culpa le consumía, la nostalgia...le dolía, el amor; le encantaba.
Con sus muchos rodeos, separó a Douma del beso que le había dado y giró la mirada, se sentía muy culpable de haber hecho aquello con él.
-...Por favor, fue un error. Si sentiste asco de mí puedo entenderlo, no lo hagas por cortesía. Entiendo que quizá no me quisieras detener por miedo.

-¡Deja de decir eso! -exclamó, enfadado. -¿¡ Por qué dices todas esas cosas feas!? Solo fuimos.. dos personas que se amaron... Y-yo... No sé si pueda olvidarte así de sencillamente.

Se quedó en silencio. Se había metido en un buen lío por haber hecho todo eso.
Se pregunta por qué no controló su deseo en aquel momento... Hacía tiempo que no sentía a alguien a quien cuidar, a alguien por quién debería volver sano y salvo a casa... Pero ese alguien...
-En serio, perdóname... Déjame recompensarte. ¿Cuánto crees que quieras? ¿Cincuenta mil millones? Te daré todo el dinero que quieras para poder compensar mi estupidez.

Douma al escuchar todo aquello, su alma se derrumbó, sus ojos se llenaron de lágrimas, no entendía por qué decía todo eso...¿Pagarle por haber tenido sexo con él? ¿Acaso era una prostituta? El dolor en el pecho se hizo mayor. Se acercó dando pasos pesados, hasta que levantó su mano y le dio una fuerte abofeteada mientras seguía llorando. -¡E-eres un idiota!

Rápidamente de eso, ya no podía controlar y empezó a correr para irse rápidamente de ahí, su corazón sentía como se despedezaba, jamás pensó que aquel haría todo eso... Pensó que lo hacia por amor... Pero resultó que fue solo un simple idiota por caer.

Michikatsu después de eso se quedó anonadado. No sabía que pensar en ese momento, el golpe dolió y sentía como su mejilla ardía, pero más dolió en su interior... Pensó que debería de ser así, de todas formas no podían. No podían...

Entró dentro de hogar, ese día no quería hacer nada más, se sentía pesado, muy pesado...

* * *

Los días se convierten en semanas. Han pasado dos meses sobre aquel acontecimiento y desde ahí no se han vuelto a ver. Douma, seguía en su tiemplo; Michikatsu, había roto lazos con Kibutsuji. Sabía que a pesar de que era una gran fuente de ganancias no podía, le recordaba a aquel niño que dejó atrás.

Douma dejó de salir al jardín. Se concentró únicamente a su labor como identidad mística.
A pesar de que a sus sirvientes les gustaba que fuera más tranquilo, hubo uno de ellos que le causó cierta preocupación. Desde que estuvo una noche fuera dejó de ser el mismo...
Lo conocía desde que nacio, desde que sus padres murieron. Fue en aquel momento que se quedó a su cuidado por sentimiento, se sentía mal por aquel pequeño que había sido abandobado; y ahora se siente mal por aquel joven que dejó de sonreír con naturalidad.

-Señor Douma, le traigo la cena. - caminaba descalzo hasta la habitación personal del joven, donde decidió quedarse sentado frente el mientras lo observaba.

- ¡Oh! Muchas gracias Goro-san. Puedes retirarte. -comunicó con una voz suave.

-...Señor Douma, perdone mi audacia, pero...¿Qué pasó aquella vez? Aquella vez que no vino a templo... Y cuando volvió... No fue el mismo.

Douma se quedó callado. Sabía perfectamente a lo que se refería, pero claramente no quería hablar de ello. -Oh Goro. -gira su cabeza osea mirarlo. -¿Qué tonterías dices? Ese día no pasó nada, solo estuve disfrutando un poco de la joven noche. -sonrió, descaradamente.

Dancing In The Moonlight |  Michidou-Kokudou angst. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora