i wish i ✧ wonton

➳3

—¿Te gusta?

Wonbin le mostraba su nuevo color de cabello a Anton. Ahora era rubio.

—Mucho— respondió. —Tu color nuevo también.

Wonbin le miró mal.

Últimamente Anton había estado en las nubes más que siempre, lo cual, no era raro, sólo que ahora estaba tan pensativo.

—A ver— Wonbin tomó a Anton por sus mejillas, haciéndolo voltear. —¿Qué te pasa? Últimamente estás más en la luna de lo normal.

El menor rió leve por eso, y Wonbin maldijo levemente por hacer que eso hiciera correr rápidamente su corazón.

—No me pasa nada, sólo estoy pensando.

—Ese es el problema.

Creyó haber escuchado una leve risa de parte de Wonbin, pero fue muy bajo.

Inconscientemente, Anton también rió, de ver reír a Wonbin.

—No tengo nada, Binnie, en serio— le tomó de los hombros.

Wonbin achinó un poco más sus ojos, claramente no le creía.

—Como digas. ¿Qué vamos a hacer hoy?

—Saldré con Sullyoon.

Wonbin no podía, se moría por hacerlo, pero no podía rodar sus ojos, era hombre muerto, porque Anton le preguntaría la razón, y no le diría lo que pensaba.

Así que sólo hizo su mayor esfuerzo por sonreír, pero le salió en una horrible mueca, que hizo reír a Anton.

—Te vas a arrugar si sigues haciendo esas caras— dijo. —Debo irme, Binnie.

El menor jugó un poco con su cabello antes de irse, y desaparecer, dejando a Wonbin solo.

Mientras el rubio esperaba que su menor estuviera bien.

Hacia mucho no había visto a Wonbin pensar... de esa manera, con la mirada perdida, y sin hablar.

Era extraño, pero el tiempo haría de las suyas.

—Linda— llamó por tercera vez Anton. La chica no levantó su vista de su teléfono. —Sullyoon.

Anton suspiró, y se lo quitó.

La otra arrugó su entrecejo, viendo con algo de molestia a Anton por haberle quitado su teléfono.

—Te estoy hablando, linda— le habló.

—Habla un poco más fuerte a la próxima, por favor.

Antes de todo eso, Anton y ella habían tenido una pequeña charla acerca de lo que iba a ser de ellos con el tiempo.

Bueno, básicamente Anton tirándole indirectas sobre que quería ser su novio.

Cosa que ella se tomó bien, hasta que tocaron el tema de que tenía que relacionarse más con sus amigos, y eso ella no lo tomó tan bien.

Y ahora, el ambiente había sido más tenso.

—Pon más atención entonces.

—Entonces-

El teléfono volvió a sonar, tomándolo ella en sus manos, contestando y dejando nuevamente a Anton básicamente solo.

Él suspiró tapándose la cara.

Se repetía una y mil veces que sólo era una discusión, que todos tenían su carácter, que todo estaba bien.

No podía un momento más así, y decidió irse.

—Me voy— dijo, la chica asintió. —Adiós.

¿En qué se había metido?