—¡Abres tú o abro yo, y créeme que no quieres que yo la abra!
Jeno estaba que le botaba la puerta a su primo.
Llevaba encerrado ahí casi cinco horas, y sabía que algo andaba mal, pues era ya costumbre de que cuando llegaba a casa, Wonbin siempre estaba para recibirlo, o en su cuarto, pero no a puerta cerrada y enllavada, por lo que supuso que algo terrible tuvo que haberle sucedido, ya que dentro no se escuchaba nada.
Guardaba una copia de la llave del cuarto del menor, pero para su suerte, no la encontraba y había olvidado dónde la guardaba.
Muy mal, Jeno, tu primo de seguro está muerto y tú no te has dado cuenta. Pensó.
Wonbin por su lado, estuvo soltando todo aquello que había estado acumulando desde que aquella primera interacción con la novia de su mejor amigo.
Se repetía una y mil veces que desearía ser ella para poder tener lo que amaba.
Anton, claramente, él era su todo y sentía que lo estaba perdiéndolo poco a poco.
Aunque podía llegar a ser exagerado, pues Anton seguía estando para él, sólo que un poco más distantes ya que, bueno, ella.
Se había tumbado junto a su cama mientras sus brazos abrazaban sus piernas.
La canción había dejado de sonar desde que entró a su casa, por lo que sólo podía escuchar sus sollozos.
Y lloraba, lloraba como si no hubiese un mañana.
Se sentía tan dolido, tan mal, pero también se sentía mal consigo mismo por estar llorando porque su mejor amigo tuviera pareja, y a pesar que le dolía -porque lo quería un mundo y pensaba que lo perdería-, tenía que apoyarlo.
Y eso era justamente lo que no estaba haciendo.
—¡Por fin abrí la maldita puerta!— Jeno entró básicamente luego de que encontrase la llave y corriera a ver si Wonbin estaba vivo. —¡Tanto te costab-! Oh, mierda, Wonbin, no.
La rabia que le consumía porque Wonbin estuviera adentro sin dar señales de vida, se le bajó y se suavizó.
Todo con ver su primito alzar la cabeza con los ojos y la nariz roja, con lágrimas aún brotando por sus mejillas, pareciendo no querer parar.
—Qui-Quiero estar sólo— pidió Wonbin, entre hipidos.
Deseaba estar encerrado en su burbuja solo y triste mientras continuaba ahogándose en sus penas.
—D-Déjame sólo, hyung, p-por favor.
—No voy a preguntar qué pasó— Jeno se acercó a paso lento hasta el menor.
Acunó el rostro del chico entre sus manos, viéndolo sus ojos brillosos por las lágrimas, sintiendo su corazón estrujarse.
Le limpió una lágrima que rebeldemente caía por su mejilla, caliente, y apenas le sonrió, tratando de confortarlo.
Wonbin hipó una vez más, mordiendo su labio tratando de no llorar, pero terminó por hacer un puchero, mientras le temblaba el labio.
—Me voy a quedar contigo, Binnie.
Y volvió a romper en el llanto que según él ya había apenas controlado.
Lo hizo porque esas palabras también fueron dichas por Anton, y las marcó en su corazón, siempre.
Jeno se sentó junto a él y lo abrazó. A veces podía ser un malhumorado, odioso y con bajo temperamento, pero cuando se trataba de su primo, era todo lo contrario, pues se había criado con él y básicamente lo quería como a un hermano.
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i wish i ✧ wonton
Romance❝A Wonbin le gustaba su mejor amigo❞ ᯓ★ Anton top | Wonbin bottom ᯓ★ Historia corta ᯓ★ Soft, fluff y drama -ˋˏ✄ Adaptación, créditos a @sxmybxe_ por permitirme adaptarla