Capítulo 5: La Habitación de las Líneas Temporales

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- ¿Necesitas que te ayude? -

La Amara con gafas y ropa de oficina le sonreía mientras la observaba, esperando su respuesta.

- Oye ¿que le pasó a este lugar? No reconozco nada -

comentó la recién llegada, intentando levantarse, sin éxito debido al inmenso dolor muscular y la falta de energía, mientras observaba el ambiente. Era una habitación llena de relojes en las paredes, techo, y hasta el suelo estaba hecho de relojes. Todos aquellos relojes estaban detenidos por algún motivo. Cerca del fondo de la habitación, había una mesa con cuadernos y libros, y una computadora, donde la Amara vestida con ropa de oficina estaba trabajando antes de que ella llegara. en un costado de la habitación, había otra mesa con varias tazas de café, de donde la Amara con lentes habia agarrado un par, ofreciéndole uno a ella.

- jajajaja, digamos que en estos meses que no viniste aproveché y remodelé un poco el lugar ¿se nota demasiado? - La chica le estiraba la mano a quien aún yacía en el suelo.

Amara agarra su mano y con dificultad se levanta. Apenas logra mantenerse en pie.

- Oye yo... necesito tu ayuda - comunicó en un murmuro la Amara original, mientras con la ayuda de la otra Amara se dirigían a la mesa, y la chica lesionada se sentaba.

- claro claro, pero al menos deberías quedarte acá un rato ¿no crees? Tómate el café, que para algo te lo habré pasado yo ¿o no quieres? - respondió la secretaria, mientras iba a recoger la taza de café que permanecía en el suelo y la llevaba hasta la mesa. Sacó sus libros y su computadora y las dejó en otra mesa que había en una esquina, que quien sabe porqué antes no estaba.

- sisi, está bien, muchas gracias -

agarró lenta y suavemente la tazas con sus delicadas manos, puesto que un movimiento en falso y sentía dolor. El calor de la taza le calentaba las manos y hacía que se sintiera mejor, y cuando empezó a beber, su cuerpo fue ganando un poco de fuerza para hablar.

- entonces, yo, eh....

- Mayla -

- ¿eh? -

- Dime Mayla, desde hace 2 semanas decidí que mi nuevo nombre, para diferenciarme de las demás y que nadie se confunda al hablar, será Mayla - explicó la secretaria. Esta agarró un cuaderno de notas de entre los libros que tenía en la otra mesa y comenzó a escribir.

- ¿Que tipo de nombre es ese? - preguntó Amara, mientras bebía el café.

- No sé si existe. Supongo que sí, y si no, pues me lo inventé yo -

- oye pero... -

- Y TE GUSTA ¿verdad? Mayla Callagher - dijo esta, presumiendo lo bonito de su nombre.

- innegablemente. Está bonito, pero creo que cualquier otra persona con gustos más normales que los míos lo encontraría medio rarito - .

- si, bueno... cambiando de tema ¿en qué necesitas ayuda? - preguntó Mayla.

- es sobre una pelea... -

...

- ya veo... con que esa es la situación. -

- así como lo ves -

Mayla se levanta de su silla, que también había aparecido de repente, puesto que la única silla que había la estaba usando Amara. Se levanta de su silla, y se acerca a Amara, quien terminaba de tomarse el café.

- Oye, a tí se te ha olvidado todo lo de este lugar ¿estoy en lo correcto? -

Tenía una mirada seria y a la vez triste expresada en su rostro.

Divina EstelarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora