El día era nublado y frío. Se podía sentí el ambiente gélido y fúnebre. Las nubes oscuras tapaban los rayos del sol.
Una francesa colocaba maquillaje en la piel de porcela de la colonia. Este traía un traje blanco con detalles dorados que formabas rosas.
—Ya estas listo— terminó de colocar el rubor en sus mejillas.
—¿Cómo me veo?— preguntó tímido.
La joven le dio un espejo dejando ver la figura del chico. Con la bandera que tenía se hacía notar más el rubor claro que tenía en el rostro y el labial de un rojo carmesí le daba vida.
—Te vez fantástico— Empezó a acomodar un poco el cabello del más bajo.
—Fran— llamó a la hija del Reino de Francia. Esta hizo un sonido dando a entender que tenía su atención.—¿Por qué el me eligió?—quito un mechón de pelo de su rostro.—De tantas jóvenes que de seguro morirían por el?
—Oh bueno, eso es complicado ¿sabes?— paró lo que hacía para mirar al albino.—Creo que tu le recuerdas a alguien— trato de no afirmar algo.
—Entonces para el solo soy la sombra de alguien— dijo con frialdad en su voz. No era lindo enterar
—No en todos los matrimonios hay amor— empezó a trenzar en cabello.— Ahhg, vuelvo en un momento voy a buscar el broche para el cabello— se levantó de su asiento y salió.
La colonia se vio al espejo que le dio la francesa. No se reconocío al ver esa figura. No era el, solo un disfraz ante de entrar a una jaula. Un disfraz que justificaba todo ante los ojos de las personas.
No cabía lugar en su corazón para tar atroz ser y nunca lo amaría. En su mente, ese es el castigo que daría a aquel country.
—Ya volví y adivina con quien?— entro haciendo ruido la europea.
—Francia, no estoy de ánimo— trataba de contener las lágrimas para no dañar el maquillaje. Su voz estaba ronca.
—¿No me quieres ver?— con solo oír la voz un escalofrío recorrió el cuerpo del albino. Con asombro giro la cabeza encontrándose con los ojos azules de un británico.
—Gales— dijo en un susurró. Se levantó y camino hasta el británico. La diferencia de altura se hacía notar muy claramente. Eran unos veites centímetros.
—Vene— lo abrazo siendo correspondido de forma cálida. El americano apenas le llegaba por el torzo a pesar de el ser mayor.
—¿Estás bien?— el menor negó con la cabeza.—Buscaré la forma de sacarte lo más pronto de aquí— acarició su mejilla.
—Te esperaré— suspiró un momento. Se separó de aquel abrazo rompiendo el contacto.
—Aww que lindos pero debemos terminar los preparativos— comentó la chica.
Los varones se dieron una mirada preocupada para después colaborar con la joven. Después de unos minutos ya Francia había terminado su trabajo, ya era hora.
Ya la pequeña Venecia sabia que de aquí en adelante su vida iba a ser un infierno. . . .
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Hola :)
Solo un episodio más y todo se pondrá feo.
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°• Klein-Venedig •° Countryhumans
FanfictionUn matrimonio obligado ¿Qué podría salir mal? Venezuela y SIRG. ● Mala ortografía ● ●Actualizaciones lentas ● ●Libro corto●