●Capitulo 3●

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La pisadas de los zapatos de tacón de la colonia hacían eco por toda la sala. Sus pulmones subían y bajaban mientras tenían las miradas fíjas de todos los presentes.

Iba de camino junto al imperio español, antes de que lo llamaran las palabras de un desconocido sonaban en su cabeza.

"La mayoría de los representantes no quieren cambiar a su forma de mujer, y la pocas que están en esa fase ya están comprometidas o no quieren un compromiso. . . Entonces los gobernantes autorizaron el matrimonio del mismo género con los representantes. . . El nos sirve más, tiene su misma cara y contextura"

Parecía que los pasillos no se terminaban. Las voces ajenas hacían zumbidos en sus oídos. Imperio español lo guiaba hacia el altar.

pobre niño, nunca creí que el haría esto— Portugal (el padre de nuestro Portugal actual) le susurró al oído a Reino de Francia.

—Il était mon élève, je suis son professeur et. . .—habló en su idioma haciendo una pequeña pausa.—Le voir dans la même situation qu’il y a de nombreuses années me fait encore plus mal.

Su vista no se podría concentrar en nada, el dolor de su cabeza era grande junto al de su pecho. Quería irse a casa, ver su papá y que este lo durmiera pero su padre no estaba.

Vas a estar bien— le dijo a su colonia. Miro al frente chocando con los ojos del alemán. Ambos se miraron con odio mutuo.

Venezuela miró hacia arriba sin poder mirar bien a su futuro compañero por la diferencia de altura. Llegaron al lugar y sin ganas el español soltó a la colonia. Se fue al asiento que tenía reservado para el.

Hermanos, hoy nos reunimos para unir en sagrado matrimonio a estos dos seré— empezó a hablar el Vaticano.
(El resto de palabreo se lo imaginan ustedes, que flojera escribirlo)
Yo los declaró esposos— finalizó cerrando su biblia.

Los presentes se levantaron y empezaron a aplaudir, algunos de mala gana y otros sin saber de la situación con alegría.

Los ojos de color miel miraban a los de color verde del alemán. Este se agachó un poco para tomar las mejillas del la colonia y plantarle un beso. Un beso que le provocaba asco al sudamericano. El estómago se le revolvía y sentía ganas de expulsa su desayuno.

El imperio se separó para ver a los invitados con esa sonrisa perversa, sus dientes puntiagudos se mostraban y esos ojos que se volvía más amarillentos.

Prussia, quien estaba atrás fue el único junto al imperio español que no aplaudieron.

Me has decepcionado padre— se levantó de su lugar y se retiro de aquella fiesta. Venezuela noto la figura irse con el deseo de ser esa persona.—y todo por mi madre.

Sentía la enorme mano del imperio en su hombro impidiendo qué pudiera salir. Su pulgar acariciaba su hombro.

Vamos— jalo al muchacho al un balcón donde una multitud de personas lo esperaban. Su cuerpo se fue de lado por la falta de fuerza— esta va hacer una gran noche.

Las horas pasaban, el vino se traía de montones y la gente no paraba. Venezuela miró un momento hacia la multitud para desaparecer entre los pasillos.

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Si, no puse muchos puntos y que? ¿Algún problema?
Prepárense para el próximo capítulo que todo se pondrá feo.

Adiosito:D

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