● Capítulo 4 ●

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La verdad, este lugar da miedo.
Los muros son enormes y fríos, llenos de pintura de gente, me siento observado.

En cuanto a el, es un loco y retrógrada. Hay veces en que el solo me mira y se queda callado, me da miedo. En cuanto a nuestra convivencia, no me grita pero si
Me habla fuerte.

Normalmente siempre está ocupado y llega cansado directamente a dormír, o de mal humor, que mala suerte que tenga que estar en su misma habitación.

Parecía que el solo quiere para hacer tareas doméstica o para usarme cuando esta aburrido.

El me da miedo, es tan alto, malo y sus dientes lastiman. Siempre trato de fingir una sonrisa así el no será tan malo. Me he dado cuanto que el parece que nunca le dieron amor o cariño. No se que tan cierto sea eso si tiene a dos hijos que ama y adora, y viceversa, varios nietos y amigos cercanos.

- Ahora tienes que cuidarte, tu embarazo será complicado- El gran imperio cubría con delicadeza a la colonia. Ya su barriga hinchando por engendrar vida en su interior dolia. No podía hacer prácticamente nada ya sea por el dolor o por ser vigilado.

Unos seis años habían pasado desde su boda y ya tenía un hijo y otros dos en camino.

- Zulia estará bien, lo está cuidando gente muy cercana a mi - La preocupación igual no desaparecía.

- Yo quiero que mi hijo esté junto a mi- Habló firme y recto.

- Por ahora no - Respondió frío- Pronto ellos nacerán, debes descansar.
Termino de cubrir bien al menor y quiso besarle en los labios pero el albino movió la cabeza a un lado evitando el contacto - Buenas noches Klein-Venedig-

Algo molesto salió de aquella habitación.

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Quiera hacer capítulo más gore pero recorder las maravillosas nuevas pautas.

Espero que hayan entendido un mensajito.

Nos vemos.

°• Klein-Venedig  •° Countryhumans Donde viven las historias. Descúbrelo ahora