Capitulo 7 (R+18)

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Alfa - murmuró Macao antes de sentir los labios del mayor sobre los suyos. Vegas respondió con pasión, profundizando el beso con un hambre que apenas podía contener.

Vegas simplemente le daría al menor lo que le pidiera sin pensar en el mañana.

Su lengua exploró cada rincón de la boca de Macao, saboreando su deseo.

Tomó a Macao de la cintura, atrayendo su cuerpo hacia el suyo, sintiendo la calidez de su piel a través de la ropa.

Macao lo rodeó con sus brazos, sus dedos se enredaron en su cabello, tirando ligeramente, lo que arrancó un gruñido de placer de Vegas.

Eres tan jodidamente sexy, Macao- susurró Vegas contra sus labios antes de moverse a su cuello, dejando un rastro de besos húmedos y mordiscos suaves que hicieron gemir al menor.

Las manos de Vegas se deslizaron por la espalda de Macao, bajando hasta su culo frondoso. Apretó con fuerza, disfrutando de la sensación de la carne firme bajo sus dedos.

¿Te gusta cuando te toco así?- murmuró Vegas, su voz ronca de deseo. Sus manos empezaron a masajear y acariciar, alternando entre caricias suaves y apretujones bruscos que hacían que Macao se estremeciera.

Sí... -gimió Macao, arqueando su espalda para acercarse más a Vegas, su propio cuerpo lleno de necesidad. Sus manos no se quedaron quietas, una de ellas bajó entre sus cuerpos para seguir masturbando a Vegas, sintiendo la dureza pulsante en su mano.

Joder, no pares... -Vegas jadeó, sus caderas empujando contra la mano de Macao, buscando más fricción.-Sigue así, bebé, quiero que me hagas correrte entre tus dedos- murmuró Vegas viendo al menor.

Macao sonrió contra el cuello de Vegas, acelerando el ritmo de sus caricias, disfrutando de los sonidos de placer que arrancaba al mayor.

Vegas, en respuesta, deslizó una mano entre las piernas de Macao, encontrando su propio miembro duro y caliente. Empezó a masturbarlo en sincronía, disfrutando del calor y la humedad que ya empezaban a formarse en la punta.

Te sientes tan bien, tan jodidamente caliente... -dijo Vegas, susurrando obscenidades al oído de Macao mientras sus movimientos se volvían más frenéticos. -Voy a hacerte gemir mi nombre, voy a hacerte correrte tan fuerte que no podrás olvidar este momento- murmuró con voz ronca

Los gemidos de Macao se hicieron más fuertes, cada palabra sucia de Vegas encendía más su deseo. Entonces, Vegas bajó una mano, deslizando sus dedos entre las nalgas de Macao, encontrando su entrada. Sin previo aviso, introdujo un dedo, haciéndolo gemir agudamente.

Oh, sí, tu agujero se traga muy bien mis dedos, hasta el fondo -susurró Vegas, mientras metía un segundo dedo y luego un tercero, estirando y explorando.

Macao soltó un gemido agudo cuando los dedos largos y gruesos de su hermano mayor encontraron su próstata.

Puso los ojos en blanco, su cuerpo temblando de placer.

Vegas empezó a mover sus dedos rítmicamente, golpeando esa pequeña glándula con precisión, mientras seguía masturbándolo con la otra mano.

Mira cómo te retuerces, tan jodidamente necesitado. ¿Te gusta eso, bebé? ¿Te gusta cómo mis dedos te follan? -dijo Vegas, su voz cargada de lujuria. -Eres mi putita, ¿verdad? Mi jodida putita- murmuró Vegas haciendo gemir a Macao.

Sí, sí...-gimió Macao, apenas capaz de formar palabras. La intensidad del placer era casi abrumadora, cada golpe en su próstata enviaba oleadas de éxtasis por su cuerpo.

Te voy a coger tan duro que no podrás caminar mañana -prometió Vegas, aumentando la velocidad y la presión de sus dedos. -Voy a llenar ese jodido culo con mis dedos hasta que no puedas más- dijo antes de darle un azote

Dangerous Love Donde viven las historias. Descúbrelo ahora