Cautiverio

Cautiverio, Año Seis.

El año seis de cautiverio se vislumbraba en el horizonte, trayendo consigo nuevas intrigas y desafíos para los habitantes del oscuro y retorcido mundo del inframundo. Mientras las sombras de la mansión de Eva y las calles de Ciudad Pentagrama seguían ocultando secretos y conspiraciones, los destinos de sus habitantes se entrelazaban en una danza siniestra de poder y redención.

En la oscuridad de su celda, Alastor continuaba tejiendo sus planes para asegurar su libertad y la de Lilith, cada día más cerca de la liberación que tanto anhelaba. Mientras tanto, en el Hotel Happy, Charlie y Vaggie enfrentaban el desafío de convertir su visión en realidad, luchando contra las adversidades y las dudas que amenazaban con socavar sus esperanzas.

En el tumultuoso mundo del inframundo, nuevas alianzas se forjaban y antiguas rivalidades resurgían, mientras los habitantes luchaban por encontrar su lugar en un universo impregnado de oscuridad y redención. Con cada paso adelante, se acercaban un poco más a desentrañar los misterios que rodeaban sus vidas y a descubrir el verdadero significado de la libertad en un mundo donde el poder y la traición reinaban supremos.

Así comenzaba el año seis de cautiverio, con promesas de esperanza y desafíos por delante, donde el destino de cada alma estaba entrelazado en una compleja telaraña de deseos y ambiciones. En medio de la oscuridad, surgían destellos de luz, recordándoles que incluso en el corazón del infierno, la esperanza nunca moría.

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En el oscuro y sombrío local del inframundo, el ambiente estaba cargado de tensión mientras Angel Dust tomaba el lugar de Valentino en una arriesgada negociación con unos mafiosos. Las luces tenues apenas iluminaban el lugar, creando sombras que bailaban en las paredes mientras los demonios se preparaban para un intercambio peligroso.

Los mafiosos, liderados por un imponente demonio tiburón, miraban con desdén a Angel, criticando su apariencia afeminada y subestimando su capacidad. Sin embargo, Angel respondió con un ingenio afilado, contrarrestando los insultos con una serie de comentarios mordaces que resonaron en la oscura habitación.

El ambiente se tensó aún más cuando los mafiosos sacaron sus armas y apuntaron hacia Angel, pensando que tenían la ventaja numérica. Pero Angel, lejos de intimidarse, demostró su destreza en un instante. Con movimientos ágiles y precisos, sacó sus propias armas y eliminó a los mafiosos uno por uno en un rápido y letal tiroteo.

Una vez que el humo se disipó y el líder de los mafiosos yacía sin vida en el suelo, Angel salió del local para encontrarse con Valentino, quien lo esperaba afuera en su lujosa limusina. El semblante de Valentino estaba oscurecido por la ira, y sus palabras eran afiladas como cuchillos mientras recriminaba a Angel por su imprudencia.

"—Deberías haberme dejado lidiar con eso, Angel. Pero como siempre, tienes que hacer las cosas a tu manera", espetó Valentino con voz gélida.

Angel, tratando de suavizar la situación, ofreció compensar sus acciones con un doble turno de prostitución al día siguiente, pero Valentino no estaba dispuesto a esperar. Ordenó a Angel que se dirigiera de inmediato a su próximo trabajo para enmendar su error.

Mientras aguardaba en una esquina sombría, Angel encendió un cigarrillo, tratando de calmar sus nervios mientras esperaba su próximo cliente. Fue entonces cuando una elegante limusina se detuvo frente a él, y Charlie y Vaggie lo invitaron a subir.

Dentro de la limusina, Vaggie explicó con calma los planes que tenía con Charlie para el Hotel Happy, ofreciendo a Angel una oportunidad para redimirse y dejar atrás su vida de prostitución. A pesar de su inicial desinterés, la insistencia de Vaggie y las palabras sinceras de Charlie finalmente lograron tocar algo dentro de Angel.