Capitulo 27: ¡Besame!

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Solté la perilla escuchando el estruendoso ruido devolviéndose a su lugar.

Cerré los ojos furioso y me relaje unos segundos, voltee lentamente y ahí estaba parada esperándome, fijé mi vista en cualquier otra cosa que no fuera ella y me acerque a ella esperando que siguiera.

-Gracias.- dijo con una cálida sonrisa en su rostro pero aun con un deje de tristeza en sus ojos.- Pero...- se quedo pensativa unos segundos y nuevamente parecía que peleaba con alguien dentro de esa cabecita, fruncía el ceño y hacia unas expresiones muy raras, sonreí ante aquello.- ¡Bésame!.- gritó como si eso fuese lo ultimo en su pequeña pelea.

-¿Quieres que te bese?.- note un leve sonrojo en sus mejillas y movió su cabeza haciendo que unos mechones cubrieran su rostro.

-No hagas eso por favor.

-¿Que cosa?.-preguntó confundida

-No cubras tu rostro, me encanta verte.- tome todos aquellos mechones y los puse detrás de su oreja.

-¿Entonces deseas que te bese?.-pregunte con una sonrisa terminando con la distancia, y observando sus labios, una sonrisa traviesa se cruzaba en ellos, bajaba la vista y mordía su labio suavemente.

Cerro los ojos un par de segundos y al abrirlos lo primero que vio fue mis ojos, rogaba que dijera que si, solo eso esperaba para poseer sus labios, solo necesitaba un "si" para apoderarme de ellos y probarlos a mi gusto, disfrutarlos, solo necesitaba su consentimiento para que esos labios formarán ahora parte de los míos.

-No.- mi sonrisa se borro de mis labios y mis ilusiones cayeron al suelo.

¿Que si estaba enojado? Estaba furioso, me dirigí a la puerta lleno de rabia ahora ignorando todas aquellas palabras que me dirigía, ignorando que me pedía que me quedara y que se disculpase, supe que haber cruzado esa puerta ignorando todo aquello la lastimo, pero me lastimo mas a mi que ella me hubiera hecho eso, me lastimo que por esos eternos segundos hiciese que me ilusionara.

**
Desperté después de haber dormidos solo 4 horas me había sido difícil conciliar el sueño, no paraba de pensar en ella y en aquella respuesta que tanto ansiaba y que desgraciadamente no fue la que yo esperaba.

Me dirigí a mi closed y saque una camisola negra con unos pantalones del mismo color, ahora era el funeral de eleonor y sin importar que tan enojado estuviese yo con Tamy la iba a acompañar no podía ser tan cruel como para dejarla sola en un momento tan importante para ella; despedirse de eleonor.

Tome las llaves de mi coche y me dirigía al lugar donde la enterrarían, baje del coche y camine donde estaban todas aquellas personas vestidas de negro, algunas llorando y otras ahogándose en su silencio tratando de ser fuertes y fallando en el intento.

Apreté mis nudillos cuando la vi a ella abrazada de Dominic, llorando, el solo la consolaba y acariciaba su cabello para relajarla, supuse que Tamy ahora no me necesitaba, vi como sus ojos alcanzaron a verme un par de segundos y reaccionó, yo solo me devolvía a mi coche decepcionado.

-Nicolas por favor no te vallas, te necesito.- rogó en sus palabras, mientras corría hacia donde estaba yo.

Me di la vuelta dispuesto a darle una negativa pero simplemente no pude, sus ojos estaban tan rojos que parecían que en cualquier momento se quemarían, bajo ellos había unas ojeras que se asomaban, parecía que no había dormido en toda la noche, y su largo cabello negro estaba atado en un molote mal echo, su vestimenta ahora consistía de un vestido negro que estaba arriba de sus rodillas y unos zapatos negros y sus ojos parecían no tener vida alguna.

Me acerque a ella y la abrace tan fuerte como pude.- Pensé que no vendrías.- escuche decirla en voz baja.

La aleje de mis brazos y la hice verme a los ojos.- Escuchame bien Tamy, no importa que tan enojado este contigo siempre estaré para ti, jamás te dejare sola.

El entierro termino con todos tirándole flores y dando su ultima despedida, salimos del lugar y ahora nos dirigíamos a mi coche.

-Tamara, pensé que yo te iba a llevar a tu casa.- se acercó Dominic sacando las llaves de su coche y tomándola del brazo.

-Tamy.- le corrigió cansada.- y... me iré con nicolas.

Sonreí victorioso y ahora fui yo quien sacó sus llaves, Dominic la soltó furioso y se fue si decir ni una sola palabra.

No sabia que el nombre real de Tamy era Tamara, quería preguntarle acerca de eso pero se veía bastante cansada como para aturdirla con preguntas tontas.

Pasamos todo el camino en silencio hasta que ella misma decidió romperlo.- Nicolas yo.. Sobre lo de ayer..- la detuve inmediatamente no quería que siguiera.

-Eso ya no importa Tamy, ya no sigas..- dije un poco dolido

-No , es que yo..

-Basta, no tenemos por que hablar del tema.- repetí cansado.

-Si tenemos.-dijo decidida

-No Tamy, ahora vamos a dejarte en tu casa y olvidemos lo que paso ayer, eso nunca paso y creo que no se volverá a repetir..- aunque me doliera decirlo era verdad, era mejor para los dos no volver a repetirlo.

-Tu eres solo una empleada mas y yo soy tu jefe, tu misma lo dijiste, tenemos una relación profesional y así tiene que seguir.-ella ya se había quedado sin lagrimas así que esa pequeña luz que se apenas se estaba encendiendo en sus ojos se volvió a apagar.

-Bien.- dijo con la voz quebrada.- Si así lo quieres jefecito.

-Si, así lo quiero.- me aparque fuera de su casa y ella salió sin siquiera pensarlo y sin decir ni una sola palabra.

Golpee el volante furioso, me dirigía a mi casa arrepentido por todo lo que había pasado saque mi celular e hice una llamada que sabia que no debía hacerla, una llamada que hará que me arrepienta aun mas.

-¿Alo?.- contestó aquella voz femenina y respire lentamente aun pensando lo que iba hacer.

-¿Nico?.- volvió hablar aquella voz

-Silvana.- conteste haciéndole notar que aún seguía ahí.- Necesitamos hablar..

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Enamorada De Mi JefeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora