Capítulo 47

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En cuestión de segundos, vi la figura de Violeta abalanzarse sobre él, su rabia destellando en sus ojos. No hubo tiempo para detenerla, su enfado era palpable y sus intenciones claras. La rapidez de su reacción tomó a todos por sorpresa, incluso a Omar, que apenas tuvo tiempo de levantar las manos en un gesto defensivo antes de que Violeta lo empujara con fuerza.

Tropezó hacia atrás, tambaleándose mientras intentaba mantener el equilibrio. La chica morena, aún aturdida por la abrupta interrupción, retrocedió unos pasos, mirando la escena con los ojos muy abiertos. El sonido de los golpes resonó en el baño mientras Violeta, completamente fuera de sí, lo empujaba de nuevo.

- Ostia, ¡la novia! -La escuché decir, su rostro pálido mientras tapaba sus pechos con sus manos.

- No, peor. -Comenté, empujando a Álvaro para que la detuviera, pero el sevillano se negaba a hacerlo.

Juanjo suspiró y se acercó a ellos, tocando con temor el brazo de la pelirroja. Violeta se giró furiosa y aquello fue suficiente para que retrocediera y volviera junto a nosotros, negándose a volver.

- ¿Qué cojones haces? -Masculló su voz cargada de rabia y decepción.

- No es lo que parece, Violeta -Intentó decir Omar, su voz temblando mientras retrocedía un paso más.

- ¡No me vengas con excusas! -Violeta gritó, empujándolo de nuevo con fuerza.- ¡Lo he visto con mis propios ojos! ¡Eres un cabrón!

La chica corrió hacia la salida, chocando torpemente conmigo. Nuestros ojos se encontraron, por un breve instante, el miedo y la culpa reflejados en los suyos. Parecía desesperada por escapar de la tensión del momento.

- Lo siento, yo... -Balbuceó antes de intentar seguir su camino.

- ¡No te vayas! -Exigió Violeta, su voz temblando de rabia. Juanjo, siguiendo su petición, se interpuso en el camino de la chica, bloqueándole la salida.

Podía ver el miedo consumirla, su cuerpo temblar al sentir la mano del zaragozano empujarla hacia atrás. La chica se giró, buscando seguramente otra salida y liberarse de esta pesadilla.

La motrileña soltó al chico de un empujón, como si le diera asco tocarlo más, y se acercó a la morena, posándose frente a ella. La vi tragar saliva, sus ojos sin poder mantenerse en los marrones de la chica que le desafiaba, teniendo miedo a aquel contacto.

- ¡Tú! -La señaló, dando un paso adelante.- ¿Sabes qué tiene novia? -La morena tembló y aunque trató de hablar, las palabras no se salían.- ¿Te dijo algo? ¡Contesta!

- Sí, pero... -La chica trató de contestar, su voz apenas un susurro mientras la miraba con ojos suplicantes.

- ¡Pero nada! -Gritó, su voz resonando en el baño como un trueno.- Sabías perfectamente lo que estabas haciendo. ¿Cómo te atreves?

Se asustó tanto que, cuando Violeta se acercó a ella con furia, corrió hacia mí y se aferró a mi brazo como si fuera su única salvación. Se escondió detrás de mí, temblando visiblemente, buscando protección en mi presencia.

- Tranquila, está bien. Ya pasó. -Le dije en un intento de calmarla, aunque mi propia voz temblaba ligeramente por la tensión.

Violeta se detuvo frente a nosotras, su mirada aún cargada de ira, pero al ver a la chica refugiarse en mí, su expresión se suavizó por un momento. Aunque aún estaba furiosa, parecía comprender el miedo que la invadía.

- Está bien, no te va a hacer nada. -Le aseguré, tratando de transmitirle tranquilidad.

Se aferró a mí con fuerza, buscando refugio en medio de la confusión y el caos. Justo en ese momento, la puerta se abrió de golpe y entraron los demás. Sus expresiones variaban desde la sorpresa hasta la confusión al encontrarnos a todos allí.

Melodía del Corazón | OT 2023Donde viven las historias. Descúbrelo ahora