Run Away [HeeJake]

𝙷𝚎𝚎𝚜𝚎𝚞𝚗𝚐

Desde que era pequeño, le habían recalcado que no debía relacionarse con gente "inferior" a el, por lo que en cuanto cumplió 18 años, su padre arregló un matrimonio entre Heeseung y Ryujin, hija de uno de los mejores amigos de su padre el cual era uno de los empresarios más importantes de Corea.

Ambos se conocían desde pequeños, habían ido en la misma escuela hasta la preparatoria, se esperaban que sus padres planeaban algo así, solo que no de manera tan rápida.
Los dos tenían la misma edad y se llevaban bastante bien, pero obviamente ninguno sentía algo por el otro, por lo que al escuchar la palabra "matrimonio" en aquella cena, la histeria de hizo presente en ambos.

Eran alrededor de las 8 de la noche, el padre de Heeseung había invitado a cenar a la familia Shin, por lo que se encontraban en un restaurante bastante elegante. La cena iba bastante normal, hasta que el padre de Heeseung tomó su copa la cual tenía una poca cantidad de vino y dió pequeños golpes en esta con uno de sus cubiertos para llamar la atención de ambas familias.

-Gracias por su atención. Hace no mucho se celebró el cumpleaños número dieciocho de mi único hijo varón, y está claro que no dejaré que despose a una chica que no esté a su nivel. - Dijo el hombre y soltó una carcajada al unisono con las demás personas de la mesa, menos Heeseung y Ryujin, los cuales lo observaban de una manera seria - He tomado una decisión junto con el padre de Ryujin, ella y Heeseung contraerán matrimonio en algunos meses, cuando Ryujin cumpla dieciocho.

-¿Matrimonio? - Dijo Ryujin en un grito mientras Heeseung estaba en silencio - Sé que ambos están un tanto mayores, pero no son los años cuarenta, ¿Cuál es la necesidad?

-No quiero que te cases con un don nadie. - Dijo su padre el cuál estaba sentado a su lado - Y si quieres ser una buena esposa, debes comenzar a cuidar más tus palabras - las carcajadas volvieron a escucharse alrededor hasta que Heeseung se levantó y se alejó de la mesa sin decir ninguna palabra, seguido por Ryujin la cual se levantó unos segundos después.

-¿De verdad quieren que tu y yo nos casemos? - Dijo la chica en cuanto se apoyó en la pared en la cual Heeseung estaba apoyado y de brazos cruzados.

-Es ilógico, digo, sé que en el fondo te gusto, pero esta no es la manera - Ryujin golpeó su brazo lo que causó que Hee riera.

-A decir verdad, tu primo está mejor.

-Me ofendes.

-No es el punto, Dios, quieren que nos casemos y se ven bastante decididos, ambos son... tercos, muy tercos.

Heeseung asintió y sacó de su chaqueta un encendedor junto con un cigarrillo, encendió rápidamente este y Ryujin tosió al sentir como respiraba el humo.

-Tienes dieciocho y ya estás fumando como un compulsivo, no quiero imaginarme como estarás a los cuarenta.

-Suenas como mi madre.

-Eso significa que tengo razón. - el chico volteó los ojos y apagó el cigarrillo luego de algunos minutos, seguido de esto se separó de la pared en la cual estaba apoyado.

-Comienza a pensar en algo para salir de esto, creo que ninguno de los dos quiere casarse en estos momentos.

Dijo y se alejó de el lugar sin avisarle a nadie. Ryujin volvió a entrar al restaurante, su madre la tomó del brazo y la acercó para que escuchara los sermones de los dos hombres, uno le preguntaba histérico donde estaba Heeseung mientras que el otro la regañaba como nunca lo había hecho.

Mientras que Heeseung caminaba hacia un parque, al llegar a este se sentó en una banca mientras se perdía en sus pensamientos, hasta que vió a un chico el cuál corría hacia un árbol y se sentó apoyado en este, se le notaba bastante agitado, pero obviamente no se acercaría, no le interesaba.
Sacó otro cigarrillo y fumó este luego de ponerse sus audífonos, se asustó en cuanto aquel chico que estaba sentado en el árbol ahora estaba a su lado y tocaba su hombro para llamar su atención.

-¿Aún te quedan cigarrillos?

Hee se quedó en silencio unos segundos mientras lo observaba y asintió antes de darle la cajetilla y su encendedor.

-Ten, parece que los necesitas más que yo.