El deseo más profundo

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Dedicado a 25elis1991 que adivino que mi próxima historia iba a ser #harco.✨️

Quizás un bebe no fuera algo que Ginny deseara realmente, al menos no en gran medida. Pero si era lo que Harry más deseaba en el mundo desde que la guerra había terminado. Más bien, una familia.

Después de cinco años de casados, un día Harry había intentado por primera vez hablar sobre formar una familia. Él no había tenido una y aunque los Weasley habían llenado ese vacío emocional, deseaba fervientemente experimentar el tener una propia. Si hubiera podido utilizar el espejo de Oesed, estaba seguro de que este reflejaría una niña pelirroja que lo llamaría «Papa» con una vocecilla delicada o quizás un niño con el cabello tan desordenado como él.

La primera reacción de Ginny no había sido buena. Había alegado que eran jóvenes, que tenían mucho tiempo por delante y otros argumentos similares. Harry, sin embargo, tenía una veta Slytherin, que se había acrecentado con los años y había sabido darle contraargumentos indicados.
«Ambos tenemos trabajos estables» había sido el primero de muchos. Ginny había alegado que no podía abandonar su trabajo como reportera deportiva de El profeta. Harry había indicado que no sería necesario, dado que sus horarios no se superponían. Aun así, Ginny no parecía convencida en lo más mínimo. «No me siento preparada para ser madre» había dicho al final de la charla y Harry se había contenido de decir que el también seria padre y la idea lo aterraban tanto como lo fascinaba.

Ese día, no insistió más.

Sin embargo, no desperdició ninguna oportunidad y volvió a la carga en numerosas ocasiones.

El fin de semana, los días libres de ambos, Teddy lo pasaba en su casa del valle de Godric, que habían reconstruido después de la guerra, justo antes de casarse con Ginny.  El niño, a pesar de tener solo siete años, era mucho más inteligente de lo que se esperaría de un niño de esa edad y cualquiera que tuviera dos ojos podría asegurar que su padrino lo adoraba. Tras la muerte de sus padres, Harry había llenado el vacío que habían dejado estos y le dedicaba tanto tiempo como le era posible.

Intento usar ese argumento contra Ginny. «Teddy sería feliz con un hermano» le dijo, mientras Teddy, al percatarse de las miradas de los dos adultos, hacia un puchero, por si acaso se había metido en líos. Ginny rió y dijo que el niño parecía feliz así como estaba y que no eran su única familia. Tarde o temprano, tendría familiares.

Harry lo dudaba. La única familia de Teddy, además de él mismo y su abuela Andrómeda, era Draco Malfoy. Y por lo que sabía, este no tenía planeado formar una familia pronto.
Así transcurrieron meses. Harry seguía insistiendo, Ginny lo seguía evadiendo.
Tras casi un año desde que había insinuado la idea, consiguió un pequeño avance. Al menos, su esposa había admitido que le daba miedo tener un bebe. No sabía si, en medio de su trabajo, sería capaz de criarlo adecuadamente. Harry se ocupó de consolarla y le prometió que juntos lo llevarían adelante.

El día más feliz de su vida, fue, probablemente, su cumpleaños número veinticinco. Al despertar, animado por la perspectiva de pasar esa fecha en compañía de su familia y amigos, encontró a Ginny sonriendo a su lado, levemente despeinada, su cabello pelirrojo desparramado en la almohada y una sonrisa somnolienta.

—Feliz cumpleaños, Harry—Le había dicho, entrelazándose con él para abrazarlo, escondiendo el rostro en su pecho—. Te amo.

—Te amo, Gin—Mientras su cerebro comenzaba a despertar, Harry sonrió y abrazo a su esposa.

Permanecieron así unos minutos, en un plácido silencio, roto por Ginny.

—Umm, ¿Harry?

— ¿Mm?