Harry nunca supo de donde saco el valor para hablar finalmente con Ginny. La abordo un domingo apacible, cuando descansaban luego de aprovechar el día libre para poner cierto orden en el hogar y se sentaron con el ajedrez en el jardín, en las sillas y mesa de elegante hierro blanco que habían colocado a la sombra de los árboles. Después de su pelea, su esposa se veía mejor que nunca, después de pasar tantos meses esperando algo que nunca había llegado, sacarse ese peso de encima la hacía ver bien. Liviana y feliz.
Quizás por eso a Harry le provoco culpabilidad hablar del tema, pero no creía que lo mejor fuera basar su matrimonio en la mentira de que se había dado por vencido. Harry sabía que a lo largo de su vida, se sentiría cada vez más infeliz viendo a su mejor amigo criar a sus hijos. Y no quería que aquello le doliera toda la vida.
Sin embargo, tampoco quería la infelicidad de Ginny.
—Quería hablar contigo hace algunos días—Dijo finalmente. La chica lo miro alertada por su tono, pero asintió, dándole la palabra—. Creo que… no fue lindo discutir contigo por nuestros puntos de vista, pero me gustaría continuar hablando de eso.
—Imagine que querrías hablar de eso. Creo que fui un poco brusca ese día, pero acababa de descubrir cómo me sentía y me abrumo que hubieras pensado soluciones sin saber cómo me sentía. Estuve pensando en ese asunto, sin embargo. Sé que es el gran elefante en la habitación que nos divide.
— ¿Comprendes que mi deseo es muy grande? Créeme que, si no fuera así, me hubiera rendido y hubiera aceptado tu postura.
—Lo entiendo, como te dije, creo que debe haber sido duro crecer sin una familia.
—Lo fue, pero no se debe solo a eso. Simplemente… me gusta mucho pasar tiempo con Teddy, enseñarle cosas y creo que sería un buen padre. Podría abandonar mi trabajo como auror. Tengo tiempo y ganas para dedicarle por entero a un hijo.
—Ese es el problema, en parte. A mí me gusta mucho mi trabajo, no deseo abandonarlo y apenas me sobra el tiempo los fines de semana, sumado a que tengo que viajar a menudo. Y no quiero tener un niño para no verlo nunca. No quiero ser una madre ausente.
—Lo entiendo.
—Y además, en estas condiciones con una madre tan ocupada, no estoy segura de que nos dejen adoptar uno. Son muy exigentes los orfanatos.
—También se eso, estudie muchos casos de adopción cuando comenzó todo esto—Harry inhalo para encontrar sus siguientes palabras—. Por eso, después de pensarlo, encontré otra opción. Una que, creo, podría ajustarse a nuestras necesidades.
Ginny frunció el ceño ligeramente, confundida, pero asintió, instándolo a continuar.
— ¿Sabes lo que sucede cuando una pareja se divorcia, verdad? Se reparten el cuidado de los niños dependiendo de sus horarios. Entonces, encontré a una persona con una situación similar a la nuestra. Quiere tener un hijo, pero no tiene el tiempo suficiente para criarlo. Pero si nos dividiéramos el tiempo, media semana cada uno…
— ¿Estás diciéndome que quieres adoptar un niño en conjunto con otra familia? —Pregunto Ginny, incrédula. Al menos aun no se veía espantada, pensó Harry.—No exactamente…
— ¿Entonces?
—Creo que podríamos tener un hijo con otra persona—Dijo finalmente—. ¿Oíste hablar del alquiler de vientre? ¿O de la inseminación artificial? En este caso, no sería alquilar un vientre, sino… un trato, por decirlo así.
— ¿Es decir, encontrar otra pareja, donde el que tenga dificultades para tener hijos sea el hombre? ¿Y compartir un hijo con ellos? ¿Con personas que no conocemos?

ESTÁS LEYENDO
El deseo más profundo
FanfictionHarry esta convencido de que si volviera a mirarse en el espejo de oesed, se vería con una familia propia. Cuando recibe la noticia de que su esposa es infertil se niega a renunciar a su sueño de ser padre, pero las cosas toman un rumbo que no espe...