Al principio, a ambos les costó asimilarlo. Por fortuna, la medimaga que los atendía parecía estar familiarizada con esos casos. Probablemente, había sido la encargada de darles esa funesta noticia a otras familias y comprendía ese sentimiento de impotencia e incredulidad.
Ginny, sorprendentemente, fue la primera en llegar a la aceptación. A Harry le costó más.
La chica, aunque al principio parecía aturdida, se lo había tomado considerablemente bien teniendo en cuenta que era ella la que nunca podría dar a luz. Harry nunca lo sabría, pero en el fondo, Ginny estaba aliviada.
—En realidad, acepte solo por Harry—Le confesó Ginny a Luna. Había huido de la casa, incapaz de soportar el dolor en el rostro de Harry al ver sus sueños hechos pedazos. Lo peor, era que su esposo fingía una sonrisa, probablemente creyendo que ella estaba destrozada. Por un lado, le provocaba culpabilidad no sentir demasiado al respecto, pero su mejor amiga no parecía juzgarla—. Nunca quise tener niños. Quizás fue porque crecí en una familia numerosa, pero la idea de una familia nunca me pareció atractiva. Pero Harry estaba tan ilusionado… y pensé que un solo niño sería un buen punto medio…
Luna, sorbiendo de su taza de té pensativamente, la contemplaba con sus enormes ojos azules. Ambas se encontraban en la habitación de la chica, que seguía viviendo en la casa que había sido de su padre, antes de que falleciera un año atrás. A Ginny la tranquilizaba de alguna forma esas paredes cubiertas de dibujos, algunos con sentido, otros no tanto.
— ¿Crees que es egoísta de mi parte sentirme aliviada? —Soltó repentinamente. Luna ladeo la cabeza pensativamente.
—Si tus sentimientos no dañan a nadie, no son malos—Contesto. A veces, las respuestas de Luna no eran perfectamente coherentes, pero a Ginny le gustaba encontrarles un sentido.
—Creo que a Harry lo lastimaría saber sobre esos sentimientos—Reflexiono, tomando un sorbo de su té—, por cierto, ¿qué té es este? —Pregunto, mirando la infusión, de un curioso color morado. Sorprendentemente, sabía muy bien.
—Una mezcla de varios—Contesto Luna—, así, nunca sabes que sabor va a tener. Es una continua sorpresa… ¿y piensas que Harry se dará por vencido?
— ¿Qué otra opción tiene? —Ginny frunció el ceño por el repentino cambio de tema, acostumbrada a ellos, sin embargo. Las conversaciones con Luna no solían seguir un solo hilo.
—Creo que deberías decirle cómo te sientes—Dijo, sin contestar a su pregunta.
—Ahora que lo dices…—Ginny suspiro, recordando los folletos que les había entregado la medimaga. Ella no les había prestado atención, pero ahora que lo pensaba… Harry los había aceptado y después de ver el dolor que le había ocasionado esa noticia, también había visto un destello de esperanza cuando les había echado un vistazo.
Algo le decía que cuando llegara a casa, encontraría a un confundido Harry queriendo consolarla con folletos sobre métodos alternativos.
— ¿Sabes? Tienes razón. Debería hablar seriamente con Harry.
Luna le sonrió, dejando su taza sobre la mesa y poniéndose de pie. Su vestido floreado aleteo a su alrededor.
— ¿Te apetece pintar? —Ofreció repentinamente, señalando una de las paredes, con un dibujo de un intrincado árbol a medio terminar. De sus ramas, salían diferentes flores coloridas que Ginny nunca había visto en su vida y que estaba segura de que no existían.
— ¿Por qué no?
—En realidad, la mayoría de las mujeres prueban este tratamiento—Dijo Harry, agitando uno de los folletos, de un molesto y chillón color amarillo—, pero según nos explicó la medimaga, hay un conjunto de motivos por los que no funcionarían en Ginny—Lo deshecho sobre la mesa bruscamente—, pero no es el único… existen otros métodos, como…
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El deseo más profundo
FanfictionHarry esta convencido de que si volviera a mirarse en el espejo de oesed, se vería con una familia propia. Cuando recibe la noticia de que su esposa es infertil se niega a renunciar a su sueño de ser padre, pero las cosas toman un rumbo que no espe...