੯‧̀͡ ζྀི) 𝙴𝚃𝙴𝚁𝙽𝙰𝙻ㅤ𝙿𝙰𝙻𝙿𝙸𝚃𝙰𝚁 - Heehoon.

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La noticia de la desaparición de Sunghoon había sido olvidada por la mayoría, pero Heeseung no podía dejarlo así. Decidió investigar más a fondo, tratando de encontrar cualquier rastro de la familia de Sunghoon o de su amigo. Pasó días en la biblioteca local, revisando archivos antiguos y periódicos amarillentos.

Finalmente, encontró un artículo que mencionaba la desaparición de Sunghoon y el nombre de su amigo, Jihoon. Decidió buscar a Jihoon, con la esperanza de entender mejor la historia y quizás traer algo de paz a ambos.

Localizó a Jihoon en una ciudad cercana, ahora un adulto con su propia vida. Heeseung lo abordó con cautela, explicando su conexión con Sunghoon y su deseo de saber más. Jihoon, sorprendido y visiblemente afectado, aceptó hablar con él.

Se encontraron en un café tranquilo, donde Jihoon relató su versión de los eventos. Contó cómo su amistad con Sunghoon había sido intensa pero complicada, llena de momentos de alegría y disputas. La noche de la pelea, había sido un accidente trágico; en medio de la confrontación, Sunghoon se había caído y golpeado la cabeza. Aterrorizado y sin saber qué hacer, Jihoon había huido, dejando a Sunghoon en el bosque.

—He vivido con la culpa todos estos años —confesó Jihoon, con los ojos llenos de lágrimas—. Siempre me he preguntado si podría haber hecho algo diferente.

Heeseung escuchó con atención, sintiendo el peso de las emociones de Jihoon. Sabía que debía compartir lo que había aprendido en el bosque.

—Sunghoon no te culpa —dijo suavemente—. Él solo quería paz. Le he ayudado a encontrar algo de consuelo, y creo que él también quiere que tú la encuentres.

Jihoon sollozó abiertamente, liberando años de culpa y dolor reprimidos. Heeseung le ofreció el consuelo de la verdad, contándole sobre el altar y las cartas.

—Deberías venir conmigo al bosque —sugirió Heeseung—. Puede ser un lugar para encontrar el cierre que ambos necesitan.

Unos días después, Jihoon y Heeseung se adentraron juntos en el bosque oscuro, caminando hacia el gran roble con una mezcla de nerviosismo y determinación. Al llegar, Jihoon se arrodilló ante el altar, las lágrimas corriendo por su rostro.

Encendió una vela junto a la de Heeseung y colocó una foto de él y Sunghoon en el altar.

—Sunghoon, perdóname. Espero que puedas descansar en paz —dijo Jihoon, su voz quebrada por la emoción.

El bosque parecía guardar un silencio respetuoso, y la brisa suave acariciaba las hojas del gran roble.

Ambos se quedaron allí, en silencio, sintiendo una conexión más allá de las palabras, una comunión de almas que trascendía la tragedia.

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ㅤㅤ(Hola, el siguiente capítulo les gustará?..)