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Choso Kamo

Un guapo hombre de 22 años, estudiante de biología y hermano mayor. No era la persona más social, pero conocía a muchas personas, sobre todo por su amiga Yuki, quien sí era lo bastante extrovertida.

En realidad, a él no le interesaban esas cosas. Era feliz en su propio mundo de los juegos en línea y en jugar con su pequeño hermanastro, Yuuji. Choso encontraba paz en esos momentos sencillos, lejos de las expectativas y juicios de los demás.

Hasta que un día una chica castaña le pidió un favor: "posar para unas fotos". 

Choso tenía una idea clara de lo que eran los modelos, pues pensaba en personas rubias o bronceadas; él no entraba en lo absoluto en esa categoría, por lo que claramente se extrañó.

Sin embargo, todo fue mejor cuando llegó al estudio fotográfico improvisado en la universidad y le explicaron que parecía realmente un modelo del tipo "grunge" y que lo necesitaban. Fue así como dio inicio a su carrera de modelo independiente, participando ocasionalmente como modelo de ropa de bandas de rock o para fotógrafos independientes, pero con excelente paga.

Toda la gente a su alrededor era como él, especialmente Suguru, un chico que solía tatuar y perforar en la universidad y quien lo maquillaba para sus sesiones. Suguru era un artista en todo sentido, y su amistad con Choso se había consolidado a través de esas sesiones fotográficas y largas conversaciones sobre música y la vida.

—¿Cómo te fue con la niñera de tu hermano? —Suguru cuestionó con interés, sabiendo que Choso había estado teniendo problemas para encontrar a alguien que cuidara de su hermano.

—Es una total princesa —Choso explicó sin afán de sonar grosero, pero al recordar el pequeño desacuerdo que tuvieron, dio un gran suspiro.

Suguru levantó una ceja, intrigado—¿Princesa? ¿Qué pasó? —preguntó, mientras ajustaba los pigmentos para un nuevo tatuaje.

—Tiene esta actitud... como si todo el mundo debiera girar a su alrededor. Al principio pensé que sería una de esas chicas populares sin sustancia, pero... —Choso hizo una pausa, pensando en la tarde que Aiko pasó con Yuuji—No sé, tiene algo más. Yuuji parece haberla disfrutado.

—Interesante —dijo Suguru, con una sonrisa que sugería que sabía más de lo que dejaba entrever—Tal vez necesites darle una oportunidad.

Choso negó con la cabeza, aunque una parte de él estaba de acuerdo con su amigo. Algo en Aiko había captado su atención, y no solo por su apariencia. Había visto un destello de algo más allá de la superficie, y eso lo intrigaba.

—Quizás, pero no voy a bajar la guardia —Choso respondió, intentando mantener su postura.

Suguru rió suavemente, dando una palmada en el hombro de Choso.

—Solo no la juzgues demasiado rápido. A veces las personas pueden sorprendernos.

Choso asintió, aunque aún tenía sus reservas. Mientras tanto, sus pensamientos seguían volviendo a esa tarde con Aiko y Yuuji, y se preguntaba qué más podría descubrir sobre la "princesa" que había entrado en su vida de manera tan inesperada.

Choso desvió la vista hacia la ventana del dormitorio de Suguru y se topó justamente con el entrenamiento de las porristas. Su mirada se fijó de inmediato en la rubia que sobresalía sobre todas las demás uniformadas.

—Hablando de la reina de Roma —Choso susurró, pero fue perfectamente audible para Suguru, quien también miró hacia la ventana.

—¿Esa es tu niñera? —Suguru sonrió— De todas las chicas posibles, aceptaste a la preciosa princesa rosa.

Mr. Loverboy - Choso KamoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora