Mr. Loverboy - Choso Kamo

004

Los días de juego en la universidad eran buenos, casi todo el campus estaba vacío y la gran mayoría se encontraba en el partido tan importante de fútbol americano. El ambiente solía estar cargado de emoción y adrenalina, con gritos de ánimo que resonaban desde el estadio hasta los edificios más alejados.

Choso no era de aquellos que se unían a la multitud. Él aprovechaba esos momentos de tranquilidad para ir a casa, dormir, avanzar en sus tareas, o ayudar a Suguru con su práctica de maquillaje para varones. Últimamente, Suguru estaba más interesado en el detrás de cámaras de las sesiones fotográficas, un mundo que Choso encontraba intrigante.

Pero no, esa tarde se estaba preparando para ir por primera vez a un partido. Podría haber cancelado fácilmente la invitación del irritable e insoportable Sukuna, pero Yuuji estaba muy emocionado porque, por primera vez, su tío lo había invitado. La ilusión en los ojos de su hermanastro era algo que Choso no podía ignorar.

Choso suspiró, recordando cómo odiaba que su madre se hubiera casado con otro hombre después de la muerte de su padre. Al menos, no vivían con Sukuna, y Jin, su padrastro, era agradable y comprensivo.

—Ya estoy listo, hermano —dijo Yuuji acomodándose la mochila y colocándose frente a él—. Vamos, vamos.

El pelinegro lo miró con una sonrisa. Adoraba a su hermano menor, incluso si solo eran hermanastros.

—Vamos, para estar a tiempo —le tomó la mano y salieron de la casa, caminando hacia el campus.

Durante el camino, hablaron sobre el nuevo episodio de la caricatura favorita de Yuuji y sobre el trabajo de Choso. La conversación era animada y llena de risas, hasta que el menor hizo una pregunta que cambió el tono del paseo.

—Oye, ¿por qué no invitaste a Aiko? —preguntó Yuuji, haciendo un puchero.

Choso lo miró, un poco sorprendido— No pensé que quisieras que ella viniera. Últimamente te has hecho muy cercano a ella, ¿no es así?

—¡Sí! Aiko es increíble, me agrada mucho —Yuuji sonrió, su rostro iluminado por el entusiasmo.

Choso no pudo evitar reírse suavemente, pero no dijo nada más,  no quería ponerse a pensar en aquel cabello rubio y ojos azules mas de lo que deberia

Al llegar a la cancha, podía ver a todos los universitarios eufóricos por el juego. Los colores vibrantes de los uniformes y las pancartas ondeando al viento creaban un ambiente de energía y entusiasmo. Los gritos y cánticos de los estudiantes resonaban por todo el estadio, y el aire estaba lleno de expectación.

Choso suspiró y se apresuró a cargar a Yuuji en sus hombros para caminar hacia sus asientos. Quería conseguir un buen lugar para que su hermano tuviera la mejor vista del espectáculo. Con determinación, se abrió paso entre la multitud, buscando una ubicación perfecta que les permitiera disfrutar del partido sin obstáculos.

Una vez que consiguieron un buen lugar, Choso sentó a Yuuji a su lado y le entregó las palomitas y el refresco que habían comprado anteriormente. La sonrisa en el rostro de Yuuji al recibir sus golosinas llenó a Choso de satisfacción. Yuuji, con sus ojos brillantes, observaba con entusiasmo a la multitud a su alrededor, notando los rostros pintados y las cornetas que todos agitaban, lo cual incrementaba su emoción.

—¿A qué hora saldrán a jugar? —preguntó Yuuji, mirando a su hermano mayor y luego a la multitud, fascinado por el ambiente festivo.

Choso, con una sonrisa en su rostro, respondió: —Primero está el espectáculo de las porristas, y después de ellas ya van a empezar a jugar —le aclaró, y el menor asintió con entusiasmo.