508 64 2
                                    

-¿Para qué quieres saberlo? No te conozco- Respondió Katsuki de golpe mirando hacia otro lado, mirar hacia donde el peliverde estaba podría significar que apareciera un sonrojo en su rostro.

-Ah!, lo siento, mi error... Tienes razón...- Hubo un silencio bastante incómodo entre ambos dragones Katsuki miró de reojo al peliverde y cerró los ojos suspirando.

-Me llamo Katsuki... un dragón de explosiones- Izuku abrió su pequeña boca por el asombro de escuchar eso- Soy genial, lo sé- Se alagó el rubio así mismo alzando el pecho con superioridad.

-Y... ¿Qué tipo de dragón eres... I-zu-ku?- Katsuki Espero paciente la respuesta, mientras Izuku estaba n una pequeña lucha interna por saber que responder, al final de todo suspiró.

-Bueno, yo... soy un dragón- Respondió y Katsuki levantó una ceja.

-Ya lo sé tonto, me refiero a tu especie; de fuego, de rayo, de nube, tal vez de tormenta- Izuku de verdad estaba comenzando a ponerse nervioso ¿Cómo iba a decirle al desconocido que solo era un dragón inútil que no podía hacer nada de eso?.

-Pues solo soy eso, un dragón, no hay nada especial en mi- Dijo Izuku con la vista baja. Fue entonces que Bakugo lo supo, Izuku era de esos pocos dragones especiales que no tenían especialidad, de esos que solo se dedicaban a volar o mierdas así.

-Así que... Eres solo un Deku- Katsuki sonrió divertido mientras Izuku lo miraba con enojo.

-¡No soy un Deku, tonto!- Gritó el peliverde con un puchero en su rostro, Katsuki pensó que así se veía aun más tierno.

-Bien, bien, no lo eres...- El rubio suspiró- Bueno, fue un gusto conocer a un Deku, pero tengo que irme, debo continuar mi viaje- Dijo el rubió mientras trataba de caminar con dificultad.

-Oye no! No deberías pararte, ni moverte, tu herida aun está muy fresca y puede abrirse en cualquier momento- Izuku impedía que el rubio se fuera jalando ligeramente de la cola del rubio.

-Ey! Suéltame, te agradezco por la hospitalidad, pero debo irme, además, no creo que a tu pareja le agrade encontrarte con otro dragón en su hogar- Katsuki estaba aguantándose las ganas de explotarle esa bonita cara al dragón verde, pero la insistencia de este hacía que sus fuerzas por hacerlo desaparecieran.

-Oh... Bueno yo... No tengo pareja realmente... Así que... no hay ningún problema con que te quedes aquí hasta que tu herida sane por completo- El pecoso habló un poco avergonzado por revelar ese pequeño pero importante dato, y comenzó a frotar su pata en su brazo contrario de nuevo.

Katsuki se asombró por eso, ¿Cómo era posible que tan bella creatura esté sola sin ningún compañero? Era completamente ridículo.

-¿Hah? ¿Cómo mierda? Eres un dragón, ningún dragón se queda sin pareja en épocas de apareamiento- Habló desconcertado el dragón naranja sentándose justo frente al otro, ahora que lo veía bien, Izuku era un tanto pequeño, ya que el pecoso solamente le llegaba a mitad del cuello.

-Bueno, pues yo sí... Siempre he estado solo, pero no es algo que me importe... Dejó de importarme con el tiempo- El ojirubí sabía que el de ojos verdes mentía, podía verlo en su rostro, era una situación que aunque pasaran los años seguiría carcomiendo su pequeño corazón.

-Pero, supongo que tienes razón en que no deberías quedarte... Puedes irte cuando quieras, seguramente tu pareja debe de estar preocupada por ti- Izuku le regaló una sonrisa triste a Katsuki, quien al verla sintió la necesidad de cubrir al mas pequeño con sus alas.

-Pues, Yo tampoco tengo una pareja, así que no es como que me importe quedarme aquí un tiempo- Izuku lo miró asombrado ¿Otro dragón sin pareja? Sinceramente pensó que él era el único dragón en la tierra que no conseguía una aún.

-¿Cómo...?- Izuku no terminó su pregunta cuando un sonrojo pequeño apareció en su rostro al ver que Katsuki se sentaba a su lado.

-Mi vida nómada no me ha permitido tener pareja aún, pero no me preocupo yo sé que algún día la encontraré, mi madre encontró a mi padre cuando tenía 5 siglos de edad, Por el momento viviré despreocupado-.

Izuku no se había puesto a pensar en eso, pero debía de ser cierto, en algún lugar del mundo debe de haber algún dragón con varios siglos encima que apenas esté encontrando a su pareja, el solo tenía unas cuantas décadas desde que llegó a la adultez, eso lo tranquilizó un poco.

-Bueno, si se ve de esa forma... Supongo que no es tan malo haber estado solo por 8 décadas...- Izuku sonrió tímido mirando directamente a los ojos del dragón naranja.

No sabía como expresarlo, pero al momento en el que sus ojos se encontraron por primera vez sintió una pequeña chipa en su pecho que no había sentido con nadie más.

Y tal vez, solo tal vez esperar un poco más le jugaría a su favor, y podría ser feliz con aquel dragón que tenía frente suyo.

Unas semanas después del incidente, su relación con el dragón Bakugo había escalado bastante a tal punto en el que ambos se llevaban bastante bien.

Durante el tiempo de recuperación del ojirubí, ambos se conocieron aún más, a Izuku le encantaba escuchar las historias de todas las aventuras que el cenizo había tenido, y, aunque Katsuki no lo admitiera en voz alta, le gustaba ver la sonrisa de felicidad que el pecoso le dirigía, se moría de ganas de abrazarlo cada vez que el más pequeño lo miraba con esos ojos tan brillosos. Katsuki estaba cayendo enamorado de ese pequeño dragoncito verde de mirada esmeralda.

Y ya lo tenía decidido, ese dragón iba a ser para él, y si hacía falta luchar a muerte con otro dragón por Izuku, lo haría.

Pasaron un par de semanas más para que la herida del rubio sanara completamente, Izuku estaba feliz viendo como Katsuki hacía una prueba de vuelo afuera de su cueva.

-Pues, parece que ya todo está bien por fin podré regresar a mi vida habitual, volar por ahí sin preocupaciones- Dijo Katsuki feliz de su recuperación.

-así que... ya te vas... me hubiera gustado haber estado más tiempo contigo, pero supongo que este es nuestro destino... Ojalá tengas suerte encontrando a tu pareja- Izuku sonrió de forma triste, tal parecía que aquel dragón rojo que lo había cautivado en tan pocos meses no era para él. Pero no sabía que Katsuki tenía otros planes.

-¿De qué mierda hablas? Vas a venir conmigo, tonto Deku, y no estoy preguntándote- Izuku quedó asombrado por lo que el dragón rojo acababa de decir. Pero sin dudarlo, sonrió y le dio una respuesta cara al ojirubí.

Ojos Esmeralda y una luz Naranja |• KatsuDeku •|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora