𝓒. 04

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𝐋𝐀𝐑𝐀 𝐒𝐂𝐇𝐍𝐄𝐈𝐃𝐄𝐑.
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Había estado muy pensativa en los últimos días, intente hablar con Jacob para aclarar algunos temas pero fue imposible, nada salía de mi boca, realmente le tenía un gran miedo a lo que pudiera suceder si le decía todo sobre Tom o le decía que quería terminarlo de una vez por todas. Nunca había sentido tanto miedo de alguien, estaba acostumbrada a que me tratarán como una princesa, que me dieran respeto y todos los días me recordarán lo mucho que esa persona me amaba, pero en cambio Jacob era agresivo, me trataba como si fuera su esclava, Tom no me trataría así de ninguna forma.

Justo Jacob había llegado de trabajar, reconocí sus pasos apenas abrió la puerta y entró, su forma agresiva de hacer todo ya era algo que reconocía desde lejos. Suspire e intente calmarme un poco para poder hablar del tema aún que sabía lo difícil que sería, eran tantas cosas que me dolían pero por su actitud preferí guardarme cualquier cosa que pudiera sentir para que no terminara enojandose pero ya era hora de decirle toda la verdad, había estado pensando demasiado si tendría que empezar por contarle la verdad a Noah o a Jacob, preferí a Jacob.

Me levante del pequeño sofá en el cual estaba sentada y me dirigí hacia donde lo escuchaba, estaba en la cosa revisando si había comida como siempre quería todo servido y me dejaba a mi todo el trabajo de cocinar, limpiar la casa, cuidar a Noah, llevarla al kinder, etc, según el yo tenía que hacer todo eso y el solo trabajar porque el era el hombre de la casa y el ponía las ordenes mientras yo me sentía tan pequeña y vulnerable a su lado, tan sumisa y asustada pero quería ponerle un fin ahora mismo.

—Hola Jacob... ¿Como te fue? —Pregunte forzando una sonrisa. —Quiero hablar contigo, ¿Podemos?

El frunció el ceño y un ligero brillo de enojo apareció en sus ojos. —¿Por que tan seria?, ¿Ahora que drama vas a hacer?

Sus palabras me molestaron pero hice mi esfuerzo. —Solo quería hablarte de algo importante y que tome una decisión que debí tomar hace mucho. —Mi voz fue temblorosa por los nervios de que pudiera pasar a continuación.

—Habla ahora y rápido. —Ordenó bruscamente.

Me senté en una silla que había cerca y trate de pensar en como decirle de una buena forma, aun que la verdad era dura y no era algo que se tenía que tomar como si nada, tenía que decirlo de la mejor manera posible sin alterarlo ni hacerlo enojar más de lo que estaba. Estaba realmente nerviosa, mis manos estaban temblorosas y podía sentir como sudaban, de alguna manera tomé el valor para seguir hablando del tema.

—Mira, yo se que debí decirte esto hace mucho pero no encontraba la manera de hacerlo y tampoco estaba lista, creo que ya es momento. —Me detuve para pensar un poco y continuar. —Yo nunca te conté sobre el padre de Noah pero ahora es importante. El se llama Tom, fue a la cárcel hace algunos años y ahora esta libre...

—¿Que estas tratando de decir? —Pregunto apretando sus puños con tanta fuerza que sus venas se marcaron.

—El día que fuimos al restaurante lo vi y pocos días después comenzamos a hablar nuevamente, me di cuenta que todavía lo amo y el a mi, me di cuenta que siempre será el al hombre que amo... —Confesé finalmente.

Su puño golpeó la mesa bruscamente haciéndome saltar del susto, por un momento me arrepentí de haberle dicho, en este momento estaba realmente asustada sin saber lo que pudiera hacerme, Noah estaba tomando su siesta en la habitación y probablemente pudiera despertarse y estar asustada.

—¡¿QUE MIERDA TIENE EL QUE NO TENGA YO?! —Su voz era ronca y desesperada por la furia.

—¿Sabes? El no sería capaz de lastimarme, no me gritaría ni me mandaría como si fuera su esclava. —Fue un alivio decir esas palabras, fue un suspiro totalmente.

El levantó su mano para golpearme, algo que me puso más tensa y me alteró, mi respiración se aceleró exageradamente, mis manos sudaban más y más sin parar, sentí como estaba mareada de solo el miedo que invadida mi cuerpo.

—Papá, por favor... —Dijo la pequeña Noah entre lágrimas corriendo hacia mi lado para abrazarme.

Eso calmo un poco a Jacob, su mirada aún seguía con ese brillo lleno de furia pero bajo su mano para no golpearme. Salió de la casa y cerró la puerta tan bruscamente que el sonido hizo ecos y vibró por toda la casa, abrace a Noah para que se calmara, me dolía tanto verla llorar y que creciera con un trauma así viendo a su supuesto padre como alguien realmente agresivo pero por lo menos ya se me quito el peso de encima, ya había dicho la verdad y ahora solo faltaba decirle a Noah...

scream vol. 2  𝒇𝒕. 𝑻𝒐𝒎 𝑲𝒂𝒖𝒍𝒊𝒕𝒛. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora