Capítulo 5

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Eloise se quedó observando la vista desde su oficina durante algunos minutos. Llevó sus dedos hasta su barbilla, pasándolos a través de su boca en concentración, como si tratara de aclarar las ideas que existían en su cabeza, pues el caso que estaban investigando no era nada sencillo, bastante hermético y además, muy delicado. Su pequeño equipo, compuesto por sólo cinco personas, incluyéndola a ella, por supuesto, llevaban meses investigando una red de prostitución y abusos a menores de edad, donde políticos y miembros de la alta sociedad de Londres, estaban involucrados.

Todo se encontraba bastante avanzado, tenían las entrevistas, pruebas, hechos, lo único que debían hacer era terminar de revisar la historia, esperar la aprobación y saber cuándo sería el momento correcto para destapar aquella caja de Pandora que sacudiría un poco la ciudad. Todos ellos estaban conscientes del riesgo que corrían, pero al mismo tiempo, sabían lo necesario que era, ni siquiera su propia familia sabía con lo que ella estaba lidiando y debe admitir, es un poco solitario, de todas formas, sabe que no puede permitirse el que se filtre información o peor, que sus hermanos o su mamá se preocupen por sus seguridad al punto de querer que desista, pues es gente muy poderosa la que va a ser expuesta.

En momentos así agradecía el peso de su apellido y de su familia, tener un respaldo que esté para defenderlos en cualquier momento, entrega un poco de sosiego, no solo a ella, a todos los involucrados.

Suspiró, pasando una mano a través de su cabello, allí estaba aquel otro tema irrumpiendo en sus pensamientos, aquel tópico en el que tampoco podía dejar de pensar: Phillip. ¿Cómo es posible que alguien que apenas conocía pudiera eclipsar su mente de esa manera? Al mismo tiempo, sentía que lo conocía desde antes, no solo un día atrás. La cena ayer con su familia fue bastante tranquila, agradecía que nadie la hubiera llenado de preguntas sobre su repentina desaparición y aunque Daphne la veía como si quisiera conversar, lo dejó pasar, en realidad todos aún parecían estar recuperándose de los estragos de la fiesta.

Algunos muy diferentes a otros.

¿Todo se había terminado? Se supone que así era que funcionaban las aventuras de una noche, lo sabe, no estaba relacionada con ellas, pero tenía una idea clara de cómo eran, sin embargo, él mismo lo dijo, no se trataba de una aventura de una noche, quizás solo porque no tuvieron sexo es que no la llamaría así, pero tal vez también era porque no pretendía que todo acabara ahí.

Hasta luego.

Ese hasta luego era la prueba de que él quería volver a verla, igual que ella, no podía mentirse, no podía decirse que no era algo que deseaba. Era muy complicado, eso no podía negarlo, trataba de hacer una lista de todas las razones por las que involucrarse con él no era prudente ni sensato. Empezando con que tenía dos hijos, que ella ya había conocido, lo que era una locura. Phillip no parecía tener idea de cómo proceder en las cosas, aunque al mismo tiempo, ¿le habría gustado que en el momento en que llegaron la hubiese hecho salir por la puerta de atrás y decirle hasta nunca? No, eso definitivamente no la habría hecho sentirse bien consigo misma.

El ruido de su teléfono la sacó de sus pensamientos, estiró su mano para ver de quién se trataba. Un número desconocido era el dueño del mensaje que había llegado, un calor pasó a través de su cuerpo al leer.

<< No puedo dejar de pensar en ti. Quiero verte otra vez.
-Phillip. >>

Tiró su teléfono nuevamente arriba de la mesa de forma infantil, como si de una bomba se tratara. Maldición maldición maldición, ¿qué se supone que podría responder a eso? Ni siquiera la había dejado con la opción de simular que no tenía idea de quién se trataba, pues había decido firmar el mensaje con su nombre, ¿quién hacía eso en esta época? No tenía idea de cómo Phillip había conseguido su número teléfono, pero sabía que tampoco era algo muy difícil de hacer.

What a Bridgerton wants.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora