5- Disculpas

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Shoto caminaba por los pasillos somnoliento, escapando le más de un bostezo. Había llegado tarde la noche anterior a su casa, y para peor tenia que estar en la estación a primera hora.

Encerrar a todos los miembro de los Doragon que encontraron no fue tarea fácil la noche anterior. La patrulla se tardó en venir más de lo esperado, peor cuando no podía ni ver aunque quisiera al peli-verde porque este lo esquivaba. Ya se les estaba haciendo costumbre pelearse por cosas que eran tonterías, pero para Shoto era exclusivamente culpa del contrario.

Como sea, seguía su camino mientras veía el lugar lleno de policías yendo y viendo, civiles que imaginaba eran familiares o cercanos a los encarcelados pidiendo su liberación. Bostezo de nuevo, sinceramente le daba bastante igual lo que digan o hagan esas personas.

Cuando estaba llegando a la habitación de control, o de interrogación, sus sentidos se alertaron a escuchar gritos y el sonido de la silla contra el suelo. Tenía la necesidad de meterse y poner en su lugar al sujeto, aunque no al que esperaba.

- ¡¿Qué haces?!

Matsuda, otro agente, veía con cierto temor y asombro a su compañero. Había tirado su propia silla sobre la cabeza del acusado que estaban interrogando.

Shoto quedó en modo estatua sin saber bien que pensar. Midoriya se veía enfurecido, hasta llegaba a creer que le saldría humo de las orejas.
Ni siquiera se inmutó ante el notorio susto del interrogado o su mera presencia.

- ¡Ya e dicho que yo no sé nada del jefe! - el hombre de trapos naranjas contestó cohibido en su asiento, el policía lo estaba asustando.

Midoriya suspiró dejando caer su peso sobre sus manos en la mesa, aparentemente intentando calmarse.

- Se supone que tú haces del policía bueno, Midoriya - le recordó el hombre a su lado.

El nombrado lo vio con seriedad. Su amigo lo asustaba a veces, y eso que tenía el aura de un conejito tierno.

- ¿Cuánto tiempo más seguiremos así? - preguntó viendo a la persona en frente - deja de hacer el tonto conmigo ¡habla de una vez!

- ¡Q-que no lo sé!

- ¡Que no te creo, maldición!

- ¡La boca, Midoriya!

- ¡Matsuda, idiota, no te metas!

Okey, Shoto claramente seguía siendo ignorado.

Cansado de la actitud del mayor, se acercó a él, haciéndose notar.

Apenas cruzaron miradas pudo sentir cómo aquellos iris esmeralda parecían ser filosas cuchillas que arrebataban contra su persona. Agradecía poder tener control absoluto sobre sus emociones, porque el nerviosismo que le provocó no era propio en él.

Ni su padre lo ponía así de nervioso, eso era bastante extraño.

- ¿Qué está pasando aquí? - su voz sonó lo más seca posible, esos ojos que no se le quitaban de encima no lo ayudaban.

Matsuda suspiro, haciendo señas al guardia junto a la puerta que podía llevarse al sujeto, no servía de nada seguir con esa conversación.

- ¿Qué pasa contigo? - recibió una queja - primero golpeas a los primeros que interrogamos, a los siguientes los amenazas con tu cachiporra, y ahora pierdes los estribos con un simple peón.

El héroe ladeo la cabeza, aquel hombre ante él estaba más loco de lo que tenía en mente.

- Todos estos estúpidos no sirven de nada, no ayudan con mi investigación. - se cruzó de brazos.

• Héroe • Tododeku ● bnhaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora