Sweet love (chaelisa GIP)

3. El mejor regalo

La castaña ya tenia casi completa la cena de navidad, mientras la rubia estaba emocionada en la biblioteca de la doctora leyendo el quinto libro de medicina que le había interesado, se puso un poco nerviosa la primer noche que la estudiante se quedo en su casa y recibio una llamada de sus padres, no sabia como actuar y que responder si ellos pedian hablar con ella, claro que no era comun que los rectores o profesores de las universidades invitaran a sus alumnos a pasar festividades en sus hogares, pero ella tampoco podria ser capaz de dejar a la rubia en su edificio.

-Lisa.-la concentrada doctora dio un pequeño salto al escuchar la voz de la rubia de repente, casi se habia olvidado de su presencia en su casa, porque a pesar de todo, ella siempre tenia un lugar calmado y callado, y la presencia de Rosé en su casa no habia causado ningun otro efecto, mas que el que le producia tener a esa joven en su hogar.

-Rosie, ¿Acaso intentas practicar un ejercicio de resucitación? porque casi me provocas un infarto.-Se quejo la castaña.

-Oh, no creo, no creo que sea eso posible, por lo que veo en su casa y su alimentación, su condicion fisica y su edad, no parece... no parecer ser un candidato a, sufrir un infarto, aunque, aunque aun si  ha tenido algun familiar, con problemas, con problemas cardiacos, seria, seria poco probable, pero un posible, factor de riesgo.-Explico la rubia provocandole una risa nasal a la castaña que se recargo en el desayunador mientras la escuchaba atenta.

-Eres una gran estudiante Rosé, pero, yo tambien soy doctora y solo era una expresión, aunque, después del susto que me has dado, deberia ir a la farmacia para revisarme el azucar.-Lisa le hablaba como a una niña pequeña, y claro que antes de que comenzara a explicarse continuo.
-Es otra broma, estoy bien, pero dime, ¿Que necesitas?

-¡Oh!-Exclamo Rosé al recordar su movil en mano, y acomodar sus lentes.
-Es, es... mi madre, ella, ella quiere hablar contigo.-Lisa paso saliva como si llevaran vidrios en ella, pero firme tomo el movil que la rubia le extendia.

-Doctora Manobal.-¿Doctora Manobal? incluso Lisa se sintio tonta el responder asi, pero era simple costumbre ademas de los nervios,  aunque no entendia el porque, no hacian nada malo.

-¡Doctora Lalisa Manobal! ¡Es un gusto hablar con usted!-Lisa se sorprendio del entusiasmo de la madre de la rubia, parecia haber esperado mucho para hablar con ella.

-El gusto es mio, señora Park.-Lisa hablo un poco mas relajada pero claro que no con la misma emoción que tenia la madre de su estudiante.

-Rosie me habla de usted todo el tiempo, es usted un gran ejemplo para nuestra ardillita, créanos que es muy dificil no poder estar con ella en esta epoca del año que es para estar en familia, asi que le agradecemos tanto que cuide a nuestra pequeña, es decir, sabemos que ya tiene veintitres, pero sigue siendo la pequeña de la familia, además de que ya sabe, nos preocupaba que estuviera en otro continente, no tiene una idea de todo lo que ha pasado mi niña, y no poder estar ahí para protegerla.-Lisa vio a la rubia que estaba sentada frente a ella en el desayunador, claro que tenia una idea, el ver su mentón aun con los raspones y sus rodillas, sus palmas estaban bien porque no habia hecho si quiera el intento de detener su caída, ella sentía exactamente lo mismo que su madre, le habría gustado estar ahí para la rubia cuando era molestada, la mujer que había hablado entusiasmada había cambiado su voz por un tono un tanto mas preocupada y melancólica al recordar esa epoca en la que ella estando ahí, no pudo proteger a su hija, un leve suspiro de la madre de la rubia y continuo hablando.
-¡Asi que, muchas gracias por cuidar a nuestra Rosie! ¡me comento Rosie que es soltera!-La castaña sintio sus mejillas arder.

-¿Yo? es decir, si, estoy, soltera.-Ahora era Lisa la que bajo la mirada al suelo, y Rosé casi salto a la castaña para tomar el movil, pero claro que la rubia que era un poco torpe solo logro derrumbarlas.