-¿Por que no buscas la ayuda de una chica linda para que baje tu problemita- Dijo burlandose el gemelo mayor
George gruñe ante sus palabras recostado en la cama
-Ya lo hice, creo que me folle medio Hogwarts esta semana, ninguna fue suficiente- Fred...
El día que llegó a la madriguera, George Weasley no podía dejar de pensar en la pequeña joven de cabellos negros que tan enamorado lo traía, su silencio fue lo único que Molly necesitó para saber que algo estaba pasando.
Cuando me sirvió el almuerzo Fred le hacía bromas a Ron, lo que toda la familia noto fue que George no lo seguía con las bromas, es más, ni siquiera se había dado cuenta que todos comían, el solo miraba el plato con anhelo mientras acariciaba la mesa.
-George, cariño ¿Sucede algo? ¿Por qué no comes?- Pregunto su progenitora logrando así sacarlo de su trance.
-Lo que sucede mamá, es que nuestro querido Georgie está enamorado- Anuncio el gemelo mayor abrazando el cuello del gemelo menor, quien lo miraba con enojó.
-Claro que no, cállate Fred- Replicó enfadado, lo último que quería es que toda su familia supiera su situación amorosa en ese momento.
-¿Quien es la afortunada George?- Preguntó el patriarca de la familia, el nombrado quiso golpearse la cabeza contra la mesa mientras que su gemelo reía a carcajadas, ya no importaba lo que dijera ellos sabían que alguien le gustaba.
-Solo es una chica que me parece linda, no es la gran cosa- Suspiró rogando que no hicieran más preguntas.
-Parece que si es la gran cosa si te tiene como oso sin miel, cariño- señaló si madre logrando que todos sus hijos rieran y George volviera a suspirar.
-Bueno, ella es fantástica, muy divertida y bella, ella es lo mejor, es buena en pociones y es muy aplicada, no hace bromas pero le gusta mucho cuando le cuento de las bromas que hemos hecho- Contó sonriéndole al plato que ahora contenía comida- la conocí a principio del año escolar, empezamos a vernos y no supe cuando me gustaba tanto... Pero... Pero ella ya no quiere saber nada de mi- Recordó mientras probaba el primer bocado de comida.
-¿Cómo estás tan seguro, cariño?- Le preguntó Molly, nunca había visto de esa forma a George y estaba contenta de que con solo hablar de ella se le iluminarán los ojos, pero le preocupaba que no fuese recíproco y que por eso George estaba tan preocupado.
-Yo... Yo lo arruine mamá- Confesó, todos se quedaron en silencio sin querer hacer más daño, Fred que sabía por lo que pasaba George intento animar la mesa, logrando su cometido después de un par de minutos.
Pronto el ambiente cómodo volvió y luego de cenar todos se fueron a dormir, en sus camas George no podía dejar de pensar en su chica y como podría lograr que está lo perdonase, conocía a T/n, pero no sabía cómo era ella cuando se enojaba hasta ese momento, no como lo resolvería, pero estaba seguro de que lo haría cueste lo que cueste.
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Cuando llegaron a la casa de los Black, en la vereda frente a esta George miro con determinación la casa que había aparecido de la nada, está se notaba más vieja y descuidada que las otras a su alrededor, por alguna razón sus ojos la llevaron a una ventana en particular, dónde le pareció ver algo rosa esconderse, pero termino por no darle importancia.
