Catarsis era una palabra etérea. Apuñala, muerde, el alivio de tensiones emocionales fuertes y reprimidas a través de ciertos tipos de arte.
Alastor pensaba que pintar era su catarsis.
En realidad, era solo arte, tan simple como parece. Ha vivido con la pintura desde que tiene uso de razón. Desde ese momento mortal en el que creó una ilustración sorprendentemente vívida de un suicida, supo que su arte sería muy apreciado.
Y pintar, es simplemente el momento más hermoso de la vida. O más bien así fue.
Ya no siente la emoción eufórica que acompaña el ritmo de cada pincelada, el diálogo interminable entre el artista y el lienzo. El monocromo en la punta de su mano es tan débil que ya no logra dejar una marca lo suficientemente fuerte y satisfacerlo.
Necesita, no, anhela algo más, algo aún más animado y hermoso. Su arte está muriendo y es el sentimiento más horrible de este mundo. Solía sentirse tan jodidamente vivo que tiene que volver a sentir esa pasión ardiente o jura que se romperá.
Alastor era, ¿cómo te atrevería a decirlo?
Un artista muy doloroso. Siempre lo ha sido.
El lienzo en blanco frente a él se siente como si le atravesara el alma. Los movimientos de Alastor son insoportables cuando comienza, desesperado. Por un breve momento, mientras se ahoga en la oscuridad total, cree que conoce la calidez que alguna vez sintió, una que era como un sueño. Sin embargo, la suavidad pronto se convierte en una pesadilla, dejando cicatrices en su arte mortal.
Él desea algo, mucho más. Justo como cuando imaginó a su otro yo partiendo, pintándole toda bonita su muerte.
Había tenido que matar al Alastor de antes. El Alastor Mortimer amable que vivía dentro de él, parasitando su mente. Alastor tenía que demostrar quién existe aquí. Alastor Mortimer era débilmente patético y demasiado amable. Y ahora Alastor Mortimer ya no existe. Sólo hay un recuerdo doloroso que de vez en cuando sale como un suspiro, una existencia demasiado poderosa. Es satisfactorio saber que él es quien tiene el control aquí.
Alastor Mortimer nunca lo fue y Alastor Mortimer nunca volverá a serlo.
Alastor será para siempre.
Y justo antes de que la desesperación tenga la oportunidad de levantar su feo dedo y señalar al pintor, fue entonces cuando Alastor lo vio: el talentoso Lucifer Morningstar, un delicioso joven modelo y artista. Y nunca le había gustado tanto algo en su vida que Lucifer cuando posó sus ojos en el chico. Lo golpeó como un rayo: la pérdida en su arte pertenecía a esta frágil criatura. El modelo es extremadamente sutil, debe haber algo en la forma en que el hombre camina, se mueve como la megaestrella melancólica que es y emociona a Alastor de maneras increíbles. No puede respirar adecuadamente, el pensamiento se asfixia en el fondo de su garganta y todo se siente casi demasiado sorprendente para ser verdad.
Con la belleza eterna de Lucifer y el arte de Alastor, tiene una idea increíble de cómo pueden contener todo. Serán perfectos, como están ahora. Podrían crear su propia utopía del arte, el ideal del amor y la muerte.
Lucifer levanta un poco las manos ante la orden del otro. Han pasado horas y está empezando a sentirlo, el cuerpo protesta por la dureza por la que lo estaban pasando. Los músculos de sus brazos comenzaban a adormecerse, la espalda arqueada de una manera que debería ser ilegal, los pies torcidos como los de una bailarina. La pose en la que está es llamativa, justo como le gusta al castaño: a Alastor le encanta el impacto de las posiciones antinaturales, dolorosas y retorcidas en provocativas. Alastor levanta la mano por un momento, tocando el hueso de la cadera que sobresale. La hermosa y contundente violeta en su piel lo hipnotiza hasta el alma.
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𝐄ᥣ ᥣᥱᥒgᥙᥲȷᥱ ძᥱ ᥣᥲs 𝖿ᥣ᥆rᥱs →rᥲძі᥆ᥲ⍴⍴ᥣᥱ| ᥲ⍴⍴ᥣᥱrᥲძі᥆
FanficLas flores nos permiten narrar la historia de un momento especial, desde el primer cruce de miradas hasta el compromiso, pasando, en ocasiones también, por la ruptura. El lenguaje de las flores sirve para plasmar los sentimientos de tu corazón en un...