~Sueños, Amores y vueltas del Destino (Segundo Libro)

Capítulo 10

     Las vacaciones de verano terminaron y empecé a cursar el último año de secundaria. 

      Uma empezó a trabajar y casi no nos veíamos,  papá trabajaba todo el día también y Adam… estaba grabando y preparándose para la gira que se aproximaba. 

    En la escuela, había un chico nuevo que venía de otro colegio. Era mayor que yo, tenía diecinueve años, pero estaba en mi curso, porque había repetido varias veces. Pasó casi una semana y media desde que empezamos las clases y él ya hablaba con todos nuestros compañeros, menos conmigo. 

     Apenas terminó la clase de Inglés dando inicio al recreo, conecté los  auriculares a mi celular, pero sólo me había puesto uno. Unos minutos más tarde, vi de reojo que el chico nuevo  se acercó a mí apoyando sus manos en la mesa. 

      —Hola, linda… ¿cómo estás? —dijo, con su voz un poco chillona. Yo lo miré con el ceño fruncido—. Perdón, no quise ofenderte, pero sos muy bonita. Te llamás Jade Night, ¿no? —me preguntó. 

      —Si —contesté sin ganas, pero como me habló bien, le seguí la conversación—. Vos… ¿Kevin?

      —Si. ¿Nunca hablás con nadie, vos? —sentándose en la silla que estaba delante de mi mesa. 

      —A veces… no me interesa hacer amigos.

      —O sea, que… ¿me va a costar acercarme a vos? —apoyando su codo en la mesa y su cara en su mano mirándome fijo. 

      —Puede ser… —le dije sin interés de agradarle.

      —Eso ya lo vamos a ver… —murmuró y sonrió tiernamente— entonces, no tenes amigos, ¿no? —negué con la cabeza—. Bueno, yo voy a ser tu amigo —agregó, guiñandome un ojo. En ese momento, sonó el timbre para volver a clases. Cuando se levantó, acarició mi mejilla con el dedo índice. 

      A la hora de salida, comencé a guardar mis cosas en la mochila y salí del salón cuando ya no quedaba nadie. Al llegar a la puerta, vi que todavía estaba Kevin.

      —Jade… ¿vas caminando? 

      —Si.

      —¿Te puedo acompañar? 

      —Pero, ¿tu casa no está para el otro lado?

      —No importa, te acompaño para que no te vayas sola, bonita —le sonreí de lado y comencé a caminar. Él me siguió. 

      Kevin habló todo el camino a casa. Cuando llegamos, me dio un beso en la mejilla y hasta que no entré a casa, él no se fue. Se sentía raro, pero en cierta forma, me hacía sentir bien. 

      Comenzó a hablarme todos los días, me saludaba amablemente, era simpático, me seguía a todos lados y se sentaba cerca mío. Era un poco molesto, pero no voy a negar que era divertido estar con él. Hasta todo el curso comenzaba a molestarnos por eso.

      Había pasado un mes y medio desde que empecé las clases y como dije antes, ya casi no veía a los demás. 

      Un fin de semana fui a la casa de Adam, pero sólo estaba Gemma esa vez. 

      —¿Y Adam? —le pregunté unos minutos después de hablar con ella.

      —Ah, se fue anoche. La gira se adelantó, porque los invitaron a otros lugares para entrevistas. 

      —¿En serio? 

      —Si, ¿no sabías? —preguntó.

      —No, no me dijo… —murmuré.