Capítulo 11

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      -Jade-

      Después de desayunar  con Nina, Benja y mi padre, fui al centro para comprar cuerdas y otros accesorios para el violín, luego de que se fueran de casa. Cuando salí del local me quedé mirando la vidriera por varios minutos. Había bastante gente en la calle, así que se sentía mucho movimiento.

      —Hola —escuché al lado mío. Mi cuerpo empezó a temblar, sentí calor del miedo que tenía cuando me giré a mirarlo—. ¿Cómo estás, Jade? —preguntó Kevin, con una sonrisa malévola.

      —Bien —dije mientras me daba la vuelta nuevamente para irme, pero volvió a agarrarme del brazo con fuerza—. Dejame, por favor…

      —¿Ya vas a empezar a mariconear? ¿Dónde estuviste después del acto? —me quedé callada y bajé la mirada—. Estuviste con el imbécil, ¿no? ¿Qué te dije yo, de eso? —acercándose. 

      —Kevin, basta…

      —Basta, nada —volvió a apretarme los cachetes—. Cuando te hablo, me miras… —agregó entre dientes.   

      Empecé a hacer fuerza para sacármelo de encima. Forcejeaba, pero él volvía a agarrarme hasta que se enojó y me agarró de los pelos, me puso contra la persiana de un local  y me golpeó en la cara, yo me tapé el rostro con mis manos. Aunque dejó de pegarme, no me soltaba el pelo y me decía cosas horribles. Todos miraban, pero nadie hacía nada.

       ¿Por qué nadie hacía nada?

      Juro que ya no podía más… ya no aguantaba el maltrato y la humillación que Kevin me hacía pasar. Quería que todo esto terminara de una vez, ya no quería seguir viviendo este infierno. En ese momento, deseaba estar muerta. Quería que me matara de una vez… ya no quería esto… ya no lo aguantaba. En serio, ya no podía más y… fue ahí, cuando me rendí. Dejé caer mis brazos mientras lloraba y dejé que hiciera lo que quería conmigo. Lo único que quería, era morir. 

      Mientras él seguía diciéndome cosas y tirándome el pelo,  yo abrí apenas mis ojos. En ese momento, pude ver que alguien lo golpeó. Kevin me soltó y sentí como unas manos suaves me agarraban y me sostenían. Era Noah quién lo hacía mientras Adam golpeaba a Kevin en el suelo. Podía ver como le pegaba y me daba algo de pena, pero a la vez lo disfrutaba, quería que sufra más. Quería que sufriera todo lo que yo sufrí.

      ¿Saben qué fue lo peor? Que… en el momento en que Adam comenzó a golpear a Kevin, las personas se acercaron para defenderlo.  

      Cuando lo soltó, él quedó tirado en el piso tapándose la cara y la sangre caía por su rostro. Adam se acercó y me abrazó, me apoyé en su pecho y empecé a llorar nuevamente. Mi cuerpo temblaba. 

      Me ayudó a subir  al auto y dejó a Noah en su casa después de pasar por el local donde trabajaba su compañera. Luego, me llevó a la suya.  Papá estaba preocupado así que al llegar, Adam lo llamó por teléfono  y le contó lo que pasaba. 

       Mientras él hablaba con mi padre, entré a su habitación y me acosté en su cama. Me dolía el cuerpo de lo exhausta que estaba. También, el pecho y el golpe que me dio en la cara. No podía dejar de pensar en lo que pasó y lo que viví todo este tiempo. Con sólo recordarlo, un gran nudo se formaba en mi garganta. Segundos después, sentí que Adam se acostó a mi lado. Me apoyé en su pecho mientras me acariciaba el pelo. 

      —¿Estás bien?

      —Si, gracias…

      —No agradezcas… —se quedó unos segundos en silencio— ¿por qué no dijiste nada, Jade?

~Sueños, Amores y vueltas del Destino (Segundo Libro)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora