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No todo es perfecto hay cosas que van cambiando con el tiempo y otras se vuelven rutinarias.

A mí me tocó ver cosas horribles, como también cosas muy bonitas, ver qué la familia que daría la vida me utilizo como un banco.

Tuve la suerte de casarme con Leandro y amarlo, es buen hombre y a pesar de todo fiel.

Y aquí estoy con el en una de las oficinas de su empresa, haciendo que no escucho los gritos de las demás personas a mi alrededor.

Eres una mala hija, nos dejara en las ruinas -y si esa era mí mamá gritándome-

No te creí haci, ahora das asco como persona -resonaba la voz de mí papá-

Basta ya, me cansé -me levanto de dónde estoy sentada y Leandro observa mis movimientos- me dicen mala hija, pero fui la única que los salvo cuando estuvieron a punto de morir -mis ojos arden y es porque estoy evitando llorar-

Amore ya viene seguridad y los alejaran de nosotros -me abraza Leandro, el cual estoy segura que no dudara en disparar si papá se viene en mí contra-

Recuerda que gracias a nosotros eres considerará la reina de la mafia italiana, nos debes mucho más a nosotros que a tu marido -es de nuevo esa voz que me está causando asco, no puedo creer que aquel hombre amoroso que tenía como padre se convirtió en todo eso por dinero-

Es mentira, fue gracias a mí porque hice cosas que me hicieron llevarme el título de reina al nivel que se debe -grito, siempre fue claro todo eso, el título de reina no era solo por ser la esposa del rey-

Deje escucharlos por un momento, aunque podía ver sus bocas moviéndose, no escuchaba la voz y eso me aliviaba en cierto modo.

Leandro me abrazaba y era todo lo que necesitaba para estar tranquila y no llorar por lo que estaba escuchando.

Era el orgullo de mis padres, éramos la familia perfecta se podría decir, aunque ahora me doy cuenta que se escondían detrás de máscaras y recién empiezan a mostrar sus verdades caras e intenciones

Entran los de seguridad y los sacan de la oficina, ignoro los gritos y me concentro en el rico olor a perfume que emana mí marido, el cual sigue abrazándome.

Está todo bien amore, no dejaré que nada te haga daño -mientras acaricia mí cabello-

No entiendo por qué son haci, con la plata que les diste podrán bien hacerse otra vida, no se porque ahora quieren más y todavía formar parte de la mafia -niego repetidas veces-

Ya pasó amore, no vuelvas a pensar en eso, mejor salgamos de aquí y vámonos a casa - Leandro me agarra la mano, salimos de la empresa y nos vamos a casa-

Ya llegó mí pareja favorita de toda Italia -se escucha el grito de Marcos, el cual estoy segura que está en la sala-

Marcos te disparo si estás en mí sala -rio ante lo que dijo mí marido-

Voy a ir a traer helado, ya vuelvo con ustedes -leandro asiente y se va con Marcos que estoy segura que estarán discutiendo.

Después de agarra un kilo de helado para cada uno voy a la sala.

Tienes cara de amargada -suena la voz de Marcos, mientras agarra un helado de chocolate-

Tu tienes cara de imbecil -rio-

No empiecen porque Marcos se larga a llorar enseguida nomás -se ríe Leandro mientras me saca el helado de vainilla-

Y yo me quedo con el helado de Frutilla, no juzgo los gustos de nadie pero el de Leandro es un poco diferente.

Pasamos toda la tarde viendo películas, el cual se va haciendo de noche y cuando estamos listos para ir a la cocina para buscar algo que comer se escuchan disparos en la parte trasera de la casa.

Nos ponemos todos en alertas, mientras corro a buscar un arma, no soy como Leandro y Marcos que llevan su arma en la espalda, no me gusta sentir el metal frío en la parte baja de la espalda.

Isabella ve con Marcos yo saldré con los demás hombres para ver qué está pasando -grita y cuando voy a responderle que es una mala idea ya se había ido-

Marcos vamos a la parte de arriba, en nuestra habitación hay un cuarto seguro -el asiente y subimos escaleras lo más rápido que me permiten las piernas porque hace mucho que no hago alguna actividad física.

Veo que le tumban a Marcos y lo rodean entre tres, bueno dos porque le dispare a uno.

Salvate Isabella me encargaré de despistarlos y voy a por ti -empiezo a correr más rápido, hasta que siento un fuerte golpe en mí cabeza y veo todo negro-

Siento que estoy cayendo y al mismo tiempo que estoy acostada, pero no puedo ver nada, todo está completamente oscuro.

Unidos Por Un Contrato ✓ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora