LA FIESTA p2

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Minutos atrás.......

La silueta de la chica baja de las escaleras, no puedo verle el rostro, siento como el miedo se va apoderando poco a poco de mi cuerpo. Se acerca hacia mí con paso lento, examinándome.

- Becky, ¿Becky eres tú? - pregunto a la chica, pero no me responde.

Se queda a un metro de distancia de mí, entre tanto veo a más personas entrar a la habitación, encienden una lampara que apenas puede alumbrar, es allí en donde un escalofrió recorre todo mi cuerpo, que tonta fui al confiar en Ton y beber de la botella que me brindo.

Me levanto rápidamente, tratando de escapar, pero me es imposible, pues mis pies están encadenados, al igual que mis manos, tanto era mi miedo que nunca me di cuenta de estos grilletes.

- ¡¿Qué quieren conmigo?!- grito desesperada, quero correr quiero escapar.

Ellos me miran con esa sonrisa siniestra en su cara, sus ojos están llenos de maldad, de diversión perversa.

- No tengas miedo cerdito, que solo queremos celebrar Halloween como se debe - Martha lo dice con tanta tranquilidad, pero con ese deje de burla.

- Por favor, déjenme ir, juro que no le diré a nadie de lo está pasando aquí - imploro a pesar de que sé que es en vano.

- Vamos cerdita, solo queremos divertirnos con la piñata - se da la vuelta y toma un palo que está en el suelo - Malee cierra la puerta que nadie nos escuche -.

Mauro acata la orden que le da Tomas, Arthit otro chico que es amigo de ellos se acerca a mí, se inclina para estar a mi altura, me toma del cabello para cercarme a su rostro.

- Es hora de mi diversión cerdito - murmura en voz baja. Se levanta y le da una mirada a Ton para después darle una indicación que no logro escuchar.

Tomas me toma de los brazos y me levanta para después Ton golpearme con el palo de madera en mi estómago, siento como se me escapa el aire, no me dejan tomar un respiro cuando nuevamente siento otro golpe, escucho las risas de estos, y otro golpe siento, no me puedo mantener de pie

Me tiran al suelo y me dan de patadas no sé cuánto tiempo. Grito por ayuda, pero sé que nadie vendrá en mi recate.

- Grita todo lo que quieras nadie vendrá - Malee exclamo dándome golpes con el palo de madera.

Después de un rato ellos paran, escucho como alguien se desabrocha el pantalón. No reconozco quien es hasta que habla.

- Por fin voy a poder divertirme contigo como se debe- es Ton, siento como se acerca a mi se arrodilla.

- Por favor no me toques, te lo pido - el solo se ríe.

- No tengas miedo cerdita es un favor que te hare. Nadie va a querer tocarte nunca -

Empieza tocar partes de mi cuerpo, empiezo a luchar con las pocas fuerzas que me quedad, pero me es imposible, los demás lo animan en su lucha, empieza a quitarme la ropa, lucho para que no logre su objetivo, pero lo logra, no puedo más, juro que trate, pero no pude, se lo que se viene, y solo cierro los ojos cuando ya no me quedan fuerzas para luchar. Siento como empieza a introducirse en mi cuerpo, no tengo fuerzas, los golpes me han dejado débil, hago un último intento, veo el palo de madera cerca, así que lo tomo y como puedo lo golpeo en la cabeza.

Eso fue mi sentencia de muerte. Los demás se enojan y empiezan a golpearme con más odio, más fuerza solo me queda protegerme y ni eso puedo, siento un sabor metálico en mi boca. Entre tantos golpes siento un ardor en mi abdomen y en mi rostro, nuevamente otro dolor en mi abdomen.

Cuando se cansaron de golpearme me arrastran por el suelo, mis manos y muñecas le colocan los grilletes para asegurarse de que no me escapare, me encadenan a la pared, y se turnan para descargar su odio contra mí.

Ya no tengo miedo de morir, sé que solo un milagro puede salvarme, un milagro que nunca llegará, en mis últimos minutos solo tengo un pensamiento, a mi Becky, al ángel más hermoso que puede existir, hoy se supone que me iba a declarar y si pudiera darle, aunque sea un beso.

Lo siento ángel mío, no puedo más te juro que intente, poco a poco dejo de luchar, mi cuerpo va cediendo al cansancio, cierro los ojos de vez en cuando, pero ni eso dejan, me obligan a estar despierta.

Mi vista se vuelve borrosa, me cuesta mantener los ojos abiertos, apenas y distingo que alguien más entra. Escucho un grito de ayuda, abro mis ojos y veo a mi ángel, a mi amada Becky, creo que ya estoy alucinando. Por lo menos moriré viendo su rostro una última vez.

HalloweenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora