Un tiempo lleno de cambios (1)

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28 diciembre.

Izuku había vivido siempre a su manera, desde que puede recordar, él se había tenido sólo a sí mismo para cubrir sus necesidades básicas y sus caprichos, nunca contó con sus progenitores después de la aparición de su quirk, así que él había aprendido a depender sólo de sí mismo.

Llevaba una vida aceptable, pero sobre todo, era libre, sin ataduras y tenía el control pese a la mala carta que solía jugarle la discriminación peculiar.

Estaba acostumbrado a vivir solo, a hacer cosas para sí mismo, así que ahora, viviendo en un apartamento con otras personas era algo a lo que definitivamente se tendría que adaptar. Eso en sí no debería ser un problema porque Shouta y Hizashi han estado presentes en su vida por bastante tiempo como para confiar en ellos. No debería ser un problema, pero actualmente Izuku está atado a una silla de ruedas, sin recuperar por completo la movilidad de sus piernas (aún tiene terapia, mucha terapia por llevar), así que supone que su "proceso de adaptación" no podría ser como hubiera sido si las circunstancias hubieran sido otras.

Cuando llega la mañana de su primer día en un apartamento que no es aquel en el que ha vivido por mucho tiempo (y que nunca llamó hogar, no, nunca un hogar, sólo un lugar al cual llegar), y la vista que lo recibió fue una habitación de color rosa pastel con diversas decoraciones que gritan "niña pequeña", admite que por un momento olvidó donde estaba y porque estaba ahí.

Fue desconcertante, por decirlo de manera amable.

Izuku había necesitado reorganizar sus pensamientos confusos por el sueño y alterados por el entorno desconocido, sentado en la cama con el corazón latiendo tan fuerte que sentía que se le saldría por la garganta. Luego un par de maullidos lo habían sacado de una espiral de pensamientos a punto de suceder, y cuando sus ojos verde bosque miraron a un par azul y un par café de ojos que lo miraban desde la puerta entreabierta de la habitación. «Menta y Cacahuate», le había proporcionado su mente amablemente, recordando haber conocido a ambos gatos la noche anterior. En el apartamento de Eraser y Mic. El apartamento de sus actuales guardianes.

El chico de cabello verde finalmente había bajado su guardia en alto cuando registró el hecho de que había salido del hospital y que ahora estaba con Shouta y Hizashi. Después de eso, fue fácil llamar a Menta y Cacahuate, quienes parecían estar esperando su permiso, porque de inmediato escucharon su llamado y se subieron a la cama con él, ronroneando mientras se acostaban en su regazo.

Izuku nunca había tenido mascotas, sus progenitores nunca lo habrían apoyado para acoger a cualquier animal, no si eso significaba tener que alimentar a otra boca extra (o hacerlo feliz, ellos nunca harían cualquier mínima acción que lo hiciera feliz), y después de que se independizó no tuvo oportunidad de adoptar debido a la estricta política de "no animales" en la línea de apartamentos en la que vivía. Entonces, tener a Menta y Cacahuate pasando el rato con él se sentía agradable y sobre todo, menos solitario ahora que estaba despierto y solo.

Podría intentar desplazarse de la cama a la silla de ruedas que Shouta había dejado justo al lado de la cama en caso de que la necesitara, pero Izuku está preocupado de hacer mucho ruido, notando que el apartamento todavía estaba en un profundo silencio, seguro con todos aún dormidos.

Una risita salió de sus labios cuando Cacahuate se volvió caprichoso y el gato cálico se subió a sus hombros para acostarse en ellos como si fuera una especie de bufanda. Sin nada que hacer, se dedicó a sólo acariciar a Menta, pensando en lo que haría hoy. Es consciente que no asistirá a terapia hasta dentro de dos días, así que no piensa demasiado en ello aún.

(O pensar en el hecho de que los doctores dijeron que presentaba un 35% de movilidad en sus piernas.

Pero en lo que respecta a Izuku, sus piernas se sienten pesadas, como si estuvieran hechas de plomo. Le duele cada que las intenta levantar por su cuenta, tan pesadas que es abrumador. Los doctores dicen que es lo normal, que la sensibilidad de sus piernas y como las sienta variará mucho con los días, mucho más después de lo que le sucedió.

Las aventuras de un vigilante caótico [BNHA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora