Capitulo 2 ... Parte 1

13 3 1
                                    




La cueva no era lo que se podía decir cómoda, pero no podía quejarme. La lluvia me hacía estremecerme, el aire frío entraba y me golpeaba directamente. Tenía un dolor agudo en el ala derecha, pero lo que me preocupó fue que estaba a medio transformar, no podía revertir o completar el proceso. En frente de mi, dormía Cosque, mi mejor amigo. Tenía profundas ojeras, su cabello café-dorado estaba despeinado y su posición tampoco parecía cómoda. Aún recostado, era bastante alto, al menos 3 o 4 cm más que yo. Su piel era beige, pero estaba medio sucio y quemado, por lo que ésta se veia más oscura de lo que era.

Traté de acomodarme mejor, mi posición era incómoda y dolorosa; sin embargo la cabeza me palpitó y un fragmento de un agonizante recuerdo golpeó mi mente. Temblando, traté de apartar mis pensamientos de ese momento, pero las horribles imágenes no se iban. Cerré los ojos y empecé a sollozar. A... a ... Alira... no...

Cosque siempre tuvo un oído muy fino, así que se despertó casi inmediatamente me oyó. Sus ojos dorados inspeccionaron la cueva y se detuvieron en mí; me miró fijamente por unos segundos hasta que sus ojos empezaron a cambiar de color. Se puso pálido e hizo un ademán de querer escupir algo, pero terminó cerrando los ojos por un momento.

Yo también me sentía realmente mal, mi ojo ardía y la cabeza me daba vueltas; estuve a punto de vomitar lo último que había comido, pero, al igual que Cosque, solo escupí un poco y cerré los ojos.
Incluso así podía sentir como cambiaban, y más aún mi ojo lastimado, pero no podía hacer nada.

Después de un rato en el que no supe si me quedé dormida o no, sentí que mi amigo me miraba nuevamente.

- No te hagas la dormida que ya se que estás despierta - se burló de mi.

Sonreí de medio lado, de una manera casi imperceptible a mi parecer, pero obviamente él se dio cuenta, pues pocos segundos después pude sentir cómo se sentaba a mi lado, y susurraba en mi oído.

- Ja. Ya te vi, no creas que no me di cuenta, puedo notar esa sonrisa tuya en cualquier lugar - recostó su cabeza en mi hombro y volvió a cerrar los ojos.

Reí un poco ante su reacción, sólo con él sacaba el otro lado de mi personalidad. Después de todo, Cosque me conocía mejor que nadie.

Volver a estar solos, los dos, como en los viejos tiempos me hizo recordar todo lo que habíamos hecho juntos.

Él me sacó de mis pensamientos al enderezarse contra la pared de la cueva y quedárseme viendo, o más bien a mi ala.

- No diré que no tengo curiosidad, pero sé que es probable que no quieras contármelo - ahora yo recargué mi cabeza en su hombro, pensando si decirle o no. Después de todo, seguía siendo mi mejor amigo, y ya habíamos escapado, así que no vi problema en decírselo- .

- No te preocupes, voy a contarte Cosque. Aunque puede que algunas cosas no sean claras, no recuerdo muy bien.

Él esperó pacientemente a que comenzara, restregando sus ojos con su mano mientras yo me debatía por dónde empezar, pues no se lo he contado todo; solo sabe una parte de mi vida.

- Todo empezó hace unos 5 años. Vivía en una ciudad con mi madre, Alira. Desde hacía un tiempo sentía que algo andaba mal, la científica me seguía a todas partes, mi madre a veces se sentía mal. Una noche - hice una pausa, tratando que los recuerdos volvieran a mi, pero solo veía fragmentos - , en la que caminábamos por una calle oscura, mató a mi madre. Me llevó al laboratorio, me sometió a una serie de estudios, bla, bla, bla. Llegaron ustedes, nos volvimos amigos... no hay mucho que contar - de pronto, recordé algo importante, aunque no tenía mucho sentido para mi -. Ah, se supone que todo esto es para ver si se puede ir en contra de una maldición que tiene su familia. Creo que... - fruncí el ceño - se la puso mi familia... - otro recuerdo de mi madre impactó en mi mente, haciéndome callar y quedarme inmovilizada viendo aquellas imágenes de ella huyendo de... ¿el laboratorio? -.

- ¿Estás bien? - la voz de Cosque me hizo volver a la realidad. Al ver que ya estaba bien, procedió a repetir lo que había dicho antes y no escuché -. Y... sabes de qué se trata esa "maldición"?

- Ehhhh... si mal no recuerdo... es algo sobre que matan a la persona que aman. Sin excepciones.

Nos quedamos callados un momento. Una persona normal diría: "¿Y qué? Las maldiciones no existen. Es una tontería". Pero, ¿quién dice que existan los laboratorios en medio del bosque con científicas locas al mando haciendo experimentos ilegales con menores de edad? ¿Y más con riesgo de muerte?

- Puede que sea cierto - al fin habló Cosque -. Aunque los únicos representantes de la dichosa familia Syrla que conocemos sean la misma científica y Henry. Que desgracia ha de ser matar al que amas.

- Más desgracia ser al que amen - repliqué -. Morir por ser amado...

Volví mis pensamientos a la científica. ¿Habría ya matado a su amor? Y si si, ¿hacia esto por Henry, por sus descendientes? Esto me hizo preguntarme otra cosa, ¿a quién amaba Henry? Un escalofrío me recorrió al recordar diversas ocasiones en las que me había dado un trato especial, muestras de afecto...

Al parecer Cosque había llegado a la misma conclusión que yo, pues me miró espantado.

- Si m... - empecé, tratando de decirle a Cosque lo que me gustaría que hiciera si muriera, pero el me interrumpió-.
- Shhh... no digas nada. No permitiré que mueras, okey? Menos que te maten.

Asentí, acurrucándome junto a él y aferrándome a sus palabras.

Afuera, la lluvia seguía cayendo con estrépito, ya era de noche. Mi ala y mi ojo todavía dolían, pero lo ignoré mientras trataba de volver a dormirme, como Cosque, que al parecer seguía estando muy cansado, pues se durmió después de unos minutos. Yo también aproveche el momento, tratando de guardarlo en lo más profundo de mi mente, porque, ¿qué mejor sentimiento que estar junto a alguien que amas, refugiado de la lluvia y sabiendo que él siempre va a cuidar de ti?

                 .         .         .

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Aug 19 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

El experimentoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora