❅LOVE'S LEGACY❅ HEESUN

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Era un día muy lindo en la vida de Lee HeeSeung, habían aprobado un proyecto para la construcción de un nuevo Kinder, tenía libre reuniones toda la tarde y en la noche iría a cenar con su hermoso novio. Se encontraba en su oficina terminando de revisar los últimos papeles necesarios para empezar el proyecto cuando un hombre alto de traje y buen parecer entró al lugar.

—¿Cómo estás, Romeo?—. Dijo burlándose de su mejor amigo. Jay Park, era su mejor amigo desde que tiene memoria, es hijo del dueño de la empresa IMPERIUM, una empresa encargada en la importación de los mejores autos, sus padres son grandes amigos llevando a que sus hijos también lo sean.

—¿Qué?—. Preguntó HeeSeung con confusión dejando de lado los papeles en los que trabajaba.

—Si, últimamente andas muy enamorado, incluso te ves más feliz, ese chiquillo en serio te tiene muy bien—. Explicó el menor mientras tomaba asiento en el sofá de la gran oficina.

—Bueno, es un chico muy especial, vale todo—. Dijo sonriendo mientras tomaba asiento en el sofá frente a su amigo.

—Me invitas a la boda, no lo olvides, seré el padrino—.

—No, pondré una foto tuya en la entrada del salón que diga que no se permite tu entrada—.

—Me haces eso, maldita mierda, y me robo tu empresa—. Amenazó al mayor.

—¿Cómo?—. Dijo este burlándose.

—Casándome con tu madre—. Jay le dijo para luego correr y encerrarse en el baño. Podría tener 27 pero seguía actuando como un niño. Grande fue la sorpresa de Jay cuando HeeSeung no corrió tras él a golpearlo como solía hacerlo cuando eran pequeños.

—Jay, tengo 28 ya, ya no me enoja que digas que te casaras con mi madre, sé que nunca te haría caso—. Dijo desde afuera.

—En verdad creí que eso te molestaría, ya veo que SuNoo te hace un bien—. Dijo Jay finalmente saliendo del baño, pero no contó con que un puño que se dirigiría a su estómago lo dejara sin aire.

—Si, ¿En serio crees que el gran Lee JeongHan te haría caso? Mi madre no cae tan bajo—. Dijo agachándose a ver a su amigo.—Bajo como tu lo estas ahora—.

—Eres un maldito infeliz—. Susurró Jay aún recuperando su aliento.

—Si me disculpas, debo ver a mi querido novio, encárgate de cerrar mi oficina con llave cuando salgas—. Dijo mientras tomaba su saco para encaminarse a la salida dejando a su amigo aún sentado en el suelo viéndolo como si estuviera loco. Podrían pasar los años pero estos dos seguían siendo unos niños.

SuNoo llevaba unos días sintiéndose mal y enserio temía que sus sospechas fueran ciertas. Había estado teniendo nauseas últimamente y sintiéndose más cansado de lo normal, hizo cuentas y la última vez que estuvo con su novio fue en el cumpleaños de este, con todo el alcohol encima no recuerda que usaran protección, su corazón latió con fuerza al caer en cuenta que las probabilidades de que estuviera en cita eran muy altas así que decidió tomar un test para confirmar o descartar un embarazo.