- ¡no me hagas ésto! ¡no tú, por favor!
donde haeyang tendrá que sobrevivir
a un apocalipsis zombie junto a sus
compañeros, pero en el proceso tendrá
que mantener su cabeza fría y sus
sentimientos bajo tierra.
>> cheongsan x male!reader.
>> conten...
mi cabeza está doliendo, ¿algún día podré ser feliz?
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
ok, la idea de ir a su salón estaba completamente descartada.
a medida que ingresaba a los pasillos de la institución el escenario empeoraba a niveles impresionantes, muchos cuerpos sin vida en el suelo, regados con grandes charcos de sangre a su alrededor, y por si fuera poco, gran parte de esos cuerpos tenían sus entrañas al aire y les faltaban pedazos de piel (o del cuerpo).
cuando iba a doblar hacia su salón escuchó muchos gruñidos por el pasillo, pensó que el lugar estaría solo, pero se equivocó enormemente. se asomó por el borde de la pared como pudo (sentía miedo de que pudieran verle), observando así todos los zombies que rondaban el pasillo.
se devolvió por donde vino, pero notando que el piso de arriba estaba vacío no dudó en ingresar a éste. un par de veces tuvo que agacharse al pasar frente a los salones, en éstos se encontraban de vez en cuando algunos grupos de zombies, y debía evitar que le vieran. siguió así durante algunos minutos, escondiéndose y agachándose para evitar a los muertos vivientes, hasta que logró dar con un pequeño salón desocupado y no tan desorganizado.
entró con cuidado y se aseguró de dejar su bate en un lugar donde no se cayera e hiciera ruido, se apresuró a cerrar ambas puertas y corrió a cubrir las ventanas con las persianas que poseían. una vez hecho aquello miró el salón con detenimiento, pensando qué hacer mientras tomaba asiento bajo el pizarrón y colocaba su bat sobre sus muslos.
en algún punto, la lágrimas bajaron por sus mejillas. recordó a sus compañeros de equipo, aquellos que murieron frente a él, y esperaba que los que huyeron hubieran tenido más suerte que él (sí, estaba vivo, eso debía ser suficiente, ¿pero de qué servía?). ¿qué estaba sucediendo? ¿cuándo se volvió todo un caos? ¿y por qué?
de nada le servía hacerse preguntas, no tenía las respuestas, y su cabeza empezaba a doler por el llanto. respiró hondo, intentando calmar su respiración cuando los sollozos quisieron aparecer. debía guardar silencio, si aquella cosa pudo escuchar el alta voz de su teléfono hace rato, nada le podía asegurar que un zombie no podría escuchar sus sollozos a unos cuantos metros.
carajo... tengo hambre. suspiró con fuerzas, cerrando los ojos y apoyando la cabeza contra la pared. el recuerdo de sus galletas, guardadas recelosamente en su mochila, le hizo formar una mueca de enojo puro. maldito apocalipsis zombie, malditos zombies, malditos todos, los odiaba a todos.
tal vez debería buscar si hay algo de comer aquí, con eso en mente se levantó, volviendo a dejar el bat en un lugar seguro para así acercarse al primer asiento de la primera fila junto a la puerta. afortunadamente, todas las mochilas se encontraban en sus asientos (a excepción de los que habían sido volcados o tirados al piso), desafortunadamente, a medida que seguía indagando, no lograba encontrar nada relevante.
