- ¡no me hagas ésto! ¡no tú, por favor!
donde haeyang tendrá que sobrevivir
a un apocalipsis zombie junto a sus
compañeros, pero en el proceso tendrá
que mantener su cabeza fría y sus
sentimientos bajo tierra.
>> cheongsan x male!reader.
>> conten...
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tomó asiento debajo de la ventana que daba al patio de la institución, cerca de él tenía aquella mochila de la cual se había adueñado y sobre sus piernas reposaba su bate. su mirada vagaba desinteresadamente por el salón, buscando alguna distracción (sabía que nada podría distraerle, pero aún así lo intentaba) en la cual ocuparse.
inició con un pequeño movimiento de manos, luego morder sus labios, mover sus ojos de un lado a otro, hasta finalmente sentir pequeños temblores en su pierna derecha. intentó detener el movimiento con una de sus manos, pero el problema persistió, lo que le hizo levantarse una vez más. tal vez estando de pie su pierna dejaría de temblar, o al menos eso pensó, ya que sus manos empezaron a temblar haciendo que tuviera que dejar su bate a un lado.
¿qué estaba sucediendo? jamás le había ocurrido algo así, ¿eran los nervios? ¿acaso estaba asustado? bueno, sí, estaba asustado, pero no creía que a tal grado de temblar de esa forma (aunque para ese momento ya hasta había llorado). inhaló y exhaló, intentando relajarse en su lugar para no llamar tanto la atención y no preocupar a nadie.
sin embargo, cerca de él estaba namra, quien tenía un buen rato observándole en silencio, preguntándose si era buena idea preguntar o solo mirar. entonces notó cierta mancha rojiza en los labios del bajito, y aquello le hizo levantarse de su asiento para acercarse a él.
— tu labio.
— ¿eh? —el más pequeño de estatura (era indignante que incluso las chicas fuera un poco más altas, al menos por unos cuantos centímetros) se giró hacia la de largos cabellos, confundido ante sus palabras.
— no lo muerdas, tu labio —se sorprendió al ver a la menor acortar la distancia y alzar uno de sus brazos, pronto pudo sentir una suave caricia sobre su labio inferior. el tacto le sacó un pequeño quejido, ardía, y ahora entendía a qué se refería namra—. ¿sueles tener ataques de pánico?
— no... no era un ataque de pánico —murmuró en respuesta, sintiéndose incómodo al saber que probablemente les estaban viendo, y la situación podría ser malinterpretada—. solo tuve... nervios, supongo.
— bien.
ambos se apartaron, namra volviendo a su sitio en silencio mientras que él se debatía entre si acercarse o no a sus amigos. finalmente la segunda opción le pareció más viable, por lo que se dirigió hasta donde estaban los muchachos reunidos, sentándose junto a daesu en silencio y pasando una mano por su rostro.
— ¿te gusta la presidenta, haeyang? no sabía que era tu tipo.
abrió sus ojos tanto como se le era posible, mirando con incredulidad a su amigo más grande quien le devolvía la mirada con genuina curiosidad. giró el rostro para ver las expresiones de los demás, pero solo pudo toparse con sus ojos expectantes.
