- ¡no me hagas ésto! ¡no tú, por favor!
donde haeyang tendrá que sobrevivir
a un apocalipsis zombie junto a sus
compañeros, pero en el proceso tendrá
que mantener su cabeza fría y sus
sentimientos bajo tierra.
>> cheongsan x male!reader.
>> conten...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
¿quién era kim haeyang? todos le conocían como aquel chico de segundo con aspecto rudo y fuerte, o también podrían reconocerle como el capitán del equipo de béisbol del instituto, con más de diez medallas y trofeos, así como habían quienes le consideraban un arrogante privilegiado. sin embargo, si lograbas acercarte lo suficiente y entrar a su círculo de confianza, toda esa imágen era dejada en el olvido para dar paso a su verdadera personalidad, demostrando ser alguien exagerado, coqueto, berrinchudo y con una gran pasión por el béisbol.
a los seis años fue integrado a un pequeño equipo perteneciente a su ciudad, era así de pequeño que no muchos lo conocían. de todas formas, aquello cambió a medida que empezaban los juegos amistosos, primero con un "fue un buen batazo", seguido de un "es rápido, muy bueno", y así fue creciendo, escuchando los elogios hacia su persona y siendo visitado de vez en cuando en sus prácticas por los scouts de academias profesionales.
y aunque muchas veces quiso ingresar a una buena academia para conseguir lo que tanto quería, se decía a sí mismo que debía terminar al menos sus estudios de preparatoria. es por ello que por los momentos sólo era miembro del equipo de su institución, de vez en cuando jugaban con otras organizaciones y también existían esos eventos en los que debía ir a otro estado por juegos de su viejo equipo.
volviendo a lo principal, kim haeyang se había declarado abiertamente bisexual a sus catorce años, cuando en pleno comedor (gracias a un reto) le tocó confesar su gusto por un antiguo compañero de clase; y decía antiguo porque luego de eso el chico fue retirado por sus padres. sí, sonaba de locos, pero había sucedido y aún lo recuerda como si fuese ayer.
sus amigos nunca parecieron sorprenderse ante tal noticia, incluso le felicitaron y se burlaron por su "mal" gusto. ¿podían culparlo? a él enserio le gustaba aquel lindo chico con pequitas en las mejillas, pero tuvo que olvidarlo después de aquel vergonzoso suceso. ahora, con sus diecisiete años a nada de ser cumplidos, recordar aquel momento de su pasado le hacía chillar de vergüenza y ponerse rojo como tomate.
y ahora que hablábamos del presente, aquel era un día caluroso, de esos que tanto odiaba porque la camiseta se pegaba a su piel y él no era precisamente flacucho. portaba un cuerpo muy dotado para su edad, todo gracias al entrenamiento que realizaba a diario y alguno que otro suplemento que le daba su entrenador, nada muy grande, solo cosas leves que le daban energía o apetito de vez en cuando.
bufó con frustración al notar una mancha en el cristal que recientemente había limpiado. le quitó el seguro a la ventana y se asomó, solo para ver a la paloma en el borde sobre su cabeza, con la cola hacia afuera. la maldijo en todos los idiomas posibles (español' e inglés) antes de intentar ahuyentarla con su brazo.
