Entre todo y nada

Miedo

DENNA
Me quedé mirando a Juanjo unos minutos. Lo cierto era que no, lo que le tenía que contar no tenía nada que ver con lo que me pasaba en este momento, aunque lo de ahora también se lo contaría pero primero iríamos por partes.
- Lo que te quería contar era que seguía rayada por lo de la gala -empecé-
- No le hagas ni caso Denna, ya te lo dije. Manda a tomar por culo todos esos pensamientos, eres una artista de los pies a la cabeza y saldrás de aquí y empezarás a subirte a escenarios otra vez. A reventarlos, porque no puedes dedicarte a otra cosa, porque has nacido para esto, no dejes que nadie te hunda tu sueño. -Juanjo posó su mano en mi hombro-
Noté como mis ojos empezaban a humedecerse, estaba a punto de llorar. Bajé la taza del váter y me senté, tirando la cabeza para atrás hasta apoyarme en la pared.
- Ahora cuéntame lo que te pasa ahora, porque eso no es -se agachó para ponerse a mi altura-
Pensé en Álex, en lo poco que entendía sus actitudes y lo mucho que odiaba estar entre cámaras y no poder hablar con él cuando y donde me diese la gana.
Dudé antes de empezar, no porque no quisiera contárselo, si no porque no sabía como.
- El día de la fiesta, cuando supimos los 18 de la gala 0 yo estuve con Chiara, Violeta, Salma y Álex -Juanjo asentía atento- Salma y Violeta se dieron cuenta de que cada vez que se acercaba o me hablaba de manera bromista yo me ponía nerviosa, lo hablé con ellas y entre una cosa y otra acabé yéndome.
- No te fuiste, huiste -recalcó él-
- Porque iba a huir? -pregunté-
- Por tu miedo a cualquier ser masculino.
- Si tuviese miedo a cualquier ser masculino no estaría hablando contigo -alcé una ceja-
- Bueno, sigue -propuso-
- Estuve un buen rato con Álex porque yo no tenía la tarjeta de mi habitación y acabé admitiendo que me gustaba un poco cuando Violeta volvió -cerré los ojos temiendo su respuesta-
- Os-tias, te ponen los cuernos y te pillas de un tío con novia. No das una vamos. -exclamó-
- A ver, yo no estoy pillada de nadie, me gusta, me atrae, es deseo más que amor -aclaré-
- Vamos que te lo quieres tirar -resumió-
- Querría si no tuviera novia. Pero eso no es lo peor, es que por un momento yo pensé que le gustaba a él.
- ALMUDENA POR DIOS -gritó Juanjo-
- QUE NO ME LLAMES ALMUDENA. Es por como me trata -hice una pausa- bueno, por como me trataba -recalqué esa última palabra-
- Así que eso es lo que te pasa? Que ya no te trata como antes? -yo asentí- Quizás es para evitar la confusión de la gente, cualquiera puede sacar cualquier cosa de contexto, mandársela a su novia y que ella también piense mal.
- Pero no es eso, es que ahora no es que me trate normal, de manera indiferente...
- Te trata mal -me cortó- tengo que hablar con él?
- No,no,no -contesté rápido-
Él me miró dudoso y se encogió de hombros.
- Ahora si, ya termino y te dejo de dar la chapa. El problema es, que en parte siento que quiero conocerle, darle una oportunidad a la generación masculina de hoy en día. Pero todavía existe el miedo de que me pueda fallar y sobretodo el miedo de que yo le pueda llegar a gustar y que deje a su novia por mi.
- Si eso pasa tú no tendrías la culpa -me aclaró-
- Pero me sentiría mal por el resto de mi vida -contesté-
- Es que yo creo que a él le gustas Denna.
Y después de soltar eso se quedó tan pancho. Como tenía la cara de decirme eso con la confusión que yo llevaba encima?
- No he hablado mucho con él, pero no se, en los castings yo no sabía que tenía novia y pensaba que estabais liados. Pero no te pregunté porque supuse que me lo contarías.
Juanjo debió ver mi expresión de espanto porque paró de hablar para reírse de mí a carcajadas. Aún riéndose habló:
- Anda, levanta. Lo voy a dejar por tu cara de susto, pero que sepas que lo pienso de verdad. Ya me enteraré yo de lo que le pasa a ese chaval -me tendió su mano-
Yo la acepté y salimos juntos del baño. Álvaro pasó por delante y se quedó clavado en el suelo cuando nos vio a los dos.
- Que?! -dijo-
- Ni se te ocurra pensar nada raro -le dijo Juanjo-
Álvaro levantó las manos en señal de inocencia y entró a la habitación, yo me eché a reír y Juanjo después de observarme durante unos segundos rió también.

Esa noche fue algo normal, me costó dormirme pero ni por asomo estuve hasta tan tarde despierta. Descansé bastante y bien pero aún tenía que acostumbrarme a no dormir en mi cama, en mi casa.