Un dia de lo mas normal

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Aitana 

- Buenos días - me dijo la persona que dormía a mi lado todas mas noches. 

Me gire para encontrarme de cara con Sebastian, de pie y con una sonrisa, que me miraba como si ya llevara un rato despierto, incluso pude notar que ya se habia retocado la barba y se habia vestido, tampoco fue muy dificil de averiguar al ver que llevaba ropa de calle. 

- ¿Qué hora es? - pregunte asustada al ver que el chico estaba casi listo para empezar el dia y yo me acababa de decidir a abrir los ojos. 

- Las 8 y 50 minutos. 

Me relaje, porque aun faltaban otros 50 minutos para mi reunión, pero mi tranquilidad dejo mi cuerpo cuando mi cerebro termino de despertarse, quedaban solo 10 minutos para las nueve, ¿en serio pensaba que una hora eran 100 minutos? 

Mierda, mierda y mierda. Tenia mas que prisa, ya que a diez minutos estaba universal, por lo que tenia que correr, si o si. 

Ducharme no era opción, pero no podia salir de casa sin retocarme el flequillo. Tenia prisa, pero no habia perdido la cabeza, no todavia al menos, no prometia tenerla despues de que mis jefes me vieran llegar tarde a una reunión tan importante para mi siguiente disco. 

Entre en él, y maldije ser tan despistada ¿dónde mierda estaban mis tijeras para el flequillo? 

- Sebas, ¿has cogido mis tijeras? - no podia parar de remover cosas, pero por mas que buscara, las malditas tijeras no aparecian. 

Volví a gritarle, pero no me estaba contestando, asi que me rendi, no tenia mas remedio que ir a por las de la cocina, dejar mi flequillo sin arreglar no era una opción, antes muerta.

Yo se que parezco una loca psicópata con el tema, pero tenerlo perfecto es una necesidad para mí.

Mi casa sufrió las consecuencias de mi manía de tener un flequillo perfecto e ideal, porque termino muy poco perfecta e ideal, sino más bien como la escena de un crimen.

En la cocina tampoco parecian estar y yo me estaba volviendo loca, quedaban solo 5 minutos para la reunión, no iba a llegar ni de broma, todavia ne tenia que vestir y arreglar el flequillo.

¿Donde se habrán metido mis malditas tijeras?

No me iba a rendir y dejar a las malditas tijeras salirse con la suya, esto ya era personal, pero antes me iba a cambiar y rezar para que cuando me hiciera el flequillo en un semáforo no me quedara sin él.

Ni siquiera pensaba en lo que me estaba poniendo, podría ser perfectamente un disfraz de vaca, no podia pensar en nada más que las malditas tijeras.

No aparecían pero tenia que salir de casa, no podia quedarme más tiempo allí así que salí no sin antes jurar que tiraría esas tijeras nada más encontrarlas.

Abri el coche y me sente, mire el móvil por última vez antes de arrancar con todavia más prisa porque comenzaba a tener llamadas de mi manager que encontraría esas tijeras y me las clavaria.

Corri, pero no mucho, tampoco quería matarme, ya habría tiempo para eso, primero tenía que llegar.

La carretera estaba llena de gente que iba con la misma prisa que yo, pitando y renegando. Que estrés a primera hora de la mañana, que ganas de gritar, y ahora me tocaría que me gritaran más.

Ya veía la entrada a Universal, estaba cada vez más cerca de llegar y las esperanzas volvian a mi cuerpo .

Lo que me faltaba... Llegaba ya 10 minutos tarde y no habia un solo aparcamiento en toda la zona. Di un par de vueltas más pero no lograba encontrar nada más que justo lo que menos queria ver.

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