Fuera

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Cepeda

Se alejaba, y yo solo quería correr detrás de ella como en una comedia romántica, decirle que la quería y que nuestro amor sería posible, pero no podía decirle eso, porque era mentira.

Nada habia cambiado, seguíamos siendo los Aitana y Cepeda de siempre.

Y cuando vuelves a hacer lo mismo una y otra vez no puedes esperar que el resultado cambie.

Si los errores nos hicieran más fuerte de verdad, yo tendría que ser Hulk a estas alturas.

- ¿Estas bien? Sonabas asustado

No me lo podía creer, Sofía me había escuchado en ese ascensor, maldita sea, Sofía me había escuchado tener sexo con otra mujer.

Con la que quería que fuera mi mujer.

Mis pensamientos no estaban ayudando a que la situación fuera más cómoda.

- Estoy bien, Aitana me ha puesto un poco nervioso, pero estoy bien.

- ¿Qué tal habéis estado? - me pregunto sonriente mientras caminábamos hacia la salida tambien.

- Bien, hemos hablado de nuestras cosas.

- Parece una buena chica.

Salimos del edificio y lo que más me apetecia era meterme en casa, a llorar un poco y dormir.

- ¿Te importa si nos vamos a casa? Estoy muerto.

Ella rápidamente asintió y con la moto estuvimos en mi piso en un par de minutos.

Nada más llegar me encerré en el baño, decidiendome entre ducharme o no. Por una parte quería borrar todo rastro de Aitana, queria olvidarme de esa sonrisa, de sus labios y de ese flequillo que me volvía loco, quería olvidarme de todo eso antes de que fuera demasiado tarde, pero por otra parte quería mantener su tacto en mi piel todo lo posible, queria seguir sintiéndola cerca.

- Luis, ¿estas bien?

Llevaba quizás un tiempo demasiado largo planteándome esto.

- Si, voy a ducharme.

Era justo el empujón que necesite para meterme bajo el agua, me deje llevar y pensar en nuestro encuentro en el ascensor, lo que me puso de nuevo en un estado de excitación.

Joder, Aitana.

Que locura de día, y que lo todavía faltaba para irme a dormir.

Salí, iba a recoger la ropa cuando vi que era esa camiseta, la que ella me robo hace años y senti que de verdad era un final. Ella ya no volvería para devolverme mi camiseta, era el final del cuento con la princesa con su príncipe y la bestia siendo eso, una bestia.

Yo lo sabía, pero de repente me estaba haciendo consciente de que era para siempre.

Salí del baño como si me hubieran pegado una paliza, me fui a mi cuarto, solo quería irme a dormir y dejar que su recuerdo se perdiera entre todas las cosas horribles que me habian pasado este año, pero eso no iba a ocurrir, porque mire mi teléfono y vi en la pantalla un mensaje de Aitana pidiéndome que fuera a su casa.

Joder, Aitana.

- ¿Qué quieres para comer? - dijo mi novia apareciendo en la habitación

Iba vestida con esa camiseta, la que era de Aitana, que habría cogido del baño, haciéndome sentir muy mal, porque no quería que llevara algo de Aitana, no quería que se parecieran en nada, no quería que me recordará a ella en lo mas mínimo.

- Por favor, quítatela.

Ella me miro picara, mal interpretando mis palabras, pero yo no estaba para juegos, me sentia demasiado estúpido y culpable para estar hablando con ella.

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⏰ Última actualización: Nov 06 ⏰

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