Capítulo uno, decepciones.

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Desperté con un aire tibio sobre mi rostro, con una sensación de sequedad increíble en mis mejillas, cuando recién pude reaccionar ante el sueño ví la serena cara de Nereah aún durmiendo, intenté acomodarme en la pequeña cama para no interrumpirla.

—No te muevas tanto, Mags —dijo somnolienta.

—Lo siento —avergonzado.

Me quedé acostado viendo el techo mientras Nereah seguía dormida, se escuchaban sus suspiros cada vez que respiraba, me hacía sentir muy nervioso, nunca había dormido con una chica en la misma cama, aunque si hay algo que mi madre me enseñó es que un hombre y una mujer pueden dormir en la misma cama sin necesidad de que pase algo romántico o sexual.

—Tengo frío, Mags —se dió la vuelta y me abrazó.

Creo que jamás había estado tan incómodo en mi vida. Me quedé tieso y me sentí algo helado, "¿Por qué Nereah me abrazaría tan repentinamente?".

—¿Por qué me abrazas? —dije con voz temblorosa.

—¿Es algo muy malo? Te dije que tenía frío —ya estaba más despierta.

—No dije que sea algo malo, es un poco raro solamente, perdón no sé cómo reaccionar a estas cosas —reí.

—No te disculpes, quizás tengas razón y si sea muy raro, mejor me levantaré, deberías hacer lo mismo —se levantó de la cama y me miró haciendo un puchero.

—¡Ya voy, perdón!

—No me pidas perdón dios santo, solo levántate —me hizo cosquillas y se reía.

Nereah era bastante pesada con las bromas al parecer, eso me agradaba, pero si quería ser molesta tendría que aguantar mi humor.

Fue bastante más incómodo cuando noté que Burio y Penny ya se habían ido, le pregunté a Nereah si sabía algo.

—Si, bueno... ¿Recuerdas cuando te abracé?, Penny estaba mirándonos y quería cabrearla un rato —se reía entre dientes, pensaba que era una genia.

—Ah... Está ¿bien?, no quiero hablar de Penny.

—Lo siento, pensé que podría hacerte sentir un poco mejor después de lo que pasó ayer —se veía bastante arrepentida.

—¿Y se le veía enojada? Hubiera sido genial haberla visto —dije sonriendo.

En el fondo me hubiera gustado saber si Penny se ponía celosa si otra mujer me abrazaba mientras dormíamos.

—No en realidad, pero ¿A qué estaría genial? —su sonrisa volvió, era muy cálida.

Después de nuestra genial conversación llegó el momento de irme, para mi desgracia tenía que ir a trabajar. Trabajo en una distribuidora de bebidas y cervezas, cuando se armaban fiestas me hacían comprar el alcohol, ya que mi jefa me dió un cupón de 30% de descuento hace unos meses por la antigüedad en su local, y siempre tenía que salir de mi bolsillo, aunque suene gracioso no bebo, pero me gusta mucho fumar.

El hijo de la señora Lucía, mi jefa, es traficante y me lo topo de vez en cuando, supongo que estará esperando que haga mi trabajo bien y no lo delate.

—Hola, Mags —con tono burlesco

—¿Ahora qué quieres, Noco?

—Nada en realidad, quería saber si supiste algo sobre Penny está semana, hace más de un mes que no sé de ella ya sabes... Está media loca —se reía mientras dijo lo último.

Normalmente habría defendido a Penny con todo lo que tengo, que supondré es lo que Noco quería escuchar.

—No quiero hablar de Penny realmente, pero sí tienes razón, está loca —lo dije mientras pasaba unos productos por la caja.

Cosas que Pasan.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora