once

8 0 0
                                    

Mientras empujaba para que Mateo nazca, sorprendí a los médicos al gemir en vez de gritar de dolor. Ya estaba acostumbrada al dolor y el placer a causa de José,quien sonreía orgullosamente en la habitación.

Caí rendida en la cama, muy cansada y agitada, escuchando el llanto de Mateo. Estaba ansiosa por verlo y en cuanto lo ví, sentía como crecía mí corazón, José estaba a mí lado y me beso,mientras yo sostenía a nuestro hijo en brazos.

Mientras a Mateo le hacien estudios médicos en otra habitación. Con José,aprovechamos que estábamos solos e introdujo dos dedos en mí adolorida entrepierna. Había dado a luz hace unos momentos,pero estaba desesperada por volver a sentir a José,quien me besaba y tocaba con su otra mano,mis sensibles y aumentados senos.

Días después volvimos a la casa y Ángela ya se había ido. Lo último que supe de ella,era que su papá le había llevado a juicio por intentó de asesinato y que la excluyó del testamento.

A causa de Mateo, José me dio una licencia e insistía en que dejara de trabajar,pero yo quería volver al trabajo después de que se me terminará la licencia. Mientras tanto disfrutaba de pasar tiempo con mí hijo y descansar cuando el dormía.

Por las noches,cuando Mateo no nos interrumpía. José estrujaba mis muy sensibles senos,provocando mis más deseados gemidos. Con Mateo nos habíamos vuelto a acercar y mis sentimientos por José volvieron, aunque no sabía si ahora José sí correspondería mis sentimientos.

José me sacó de mis pensamientos, en cuanto lamió y succionó mis senos,llevándome al éxtasis. Yo me aferraba a su cuerpo,ahora que no tenía un vientre que me lo impidiera y clavaba mis uñas en su espalda,mientras gemía en su oreja.

-Jose...-le digo mientras poco a poco, con sus provocaciones,pierdo la razon- ¿te gustaría tener otro hijo?- José besaba mí cuello mientras me respondía

-¿Ya quieres un hermano para Mateo?- se rió pícaramente

-Me gustaría-Jose mordió mí cuello y yo gemi

-Me parece una excelente idea-le sonrió y mirándolo a los ojos y con miedo le digo

-Te amo...-me besa y para mí sorpresa me dice

-Te amo,Luisa-lagrimas de felicidad brotan por mis ojos ,le sonrió y lo abrazo con fuerza- no te relajes tanto, que quiero escucharte gemir

Veo que José toma un preservativo

-¿Que haces?- le digo

-¿Ya quieres otro hijo? Pense que ibas a esperar, Mateo tiene apenas un mes

A pesar de que parecía una locura, José no uso el preservativo y comenzamos con nuestros candentes besos, manoseo y segundos después, me estaba penetrando,tan desesperadamente como yo estaba de tenerlo y ambos gimiendo,hasta que entre embestida en embestida llegamos al orgasmo. Y escuchamos a un bebé hambriento llamándome entre lágrimas desconsoladas. 

Atada A Sus Sábanas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora