𝗗𝗘𝗨𝗫 « 𝙋𝙍𝙀𝙈𝙄𝙀̀𝙍𝙀 𝙁𝙊𝙄𝙎 »

27 12 0
                                    

SuNoo estaba sentado en el pasillo del hospital esperando que su padre volviera y así poder regresar a casa. Esa tarde ambos habían ido al hospital para ver a su madre, la cual se encontraba internada hace un par de meses por una enfermedad que él no sabía como pronunciar correctamente, en cuanto el horario de visita acabó su padre le dijo que lo esperará allí hasta que volviera, pero de eso ya había pasado una hora y sentía que no iba a volver o que luego lo iba a llamar diciendo que se volviera a casa en bus.

Apoyó una de sus manos en su mejilla y suspiró, no le gustaba estar solo en ese lugar, pero tenía que confiar en que su padre iba a volver por él. Aunque en repetidas ocasiones éste lo había dejado solo allí porque como dicen por ahí «la esperanza el lo último que se pierde» y él no quería perder la esperanza en su padre. Después de todo si algo le sucedía a su madre éste iba a ser el único que iba a estar con él.

— ¿Eres SuNoo, verdad? —Soltó un chico frente a él, haciendo que éste alzara la vista y asintiera— Mi madre trabaja aquí y se lleva bien con la tuya —Sonrió.

— Oh, es un gusto —Imitó el gesto del pelinegro

— Soy Park SungHoon, un gusto conocerte —Se sentó junto a SuNoo, mirándolo mientras lo hacía.

SuNoo sintió una especie de escalofrío pasar por su espalda cuando éste se sentó junto a él, pero no podía pensar cosas malas de alguien que acababa de conocer, además, el chico parecía ser gentil. Y si sus madres eran amigas, ¿por qué ellos no podrían serlo?, después de todo allí se sentía todo muy triste y solitario.

— ¿Qué haces aún aquí? —Preguntó el pelinegro.

— Estoy esperando a mi padre, me dijo que iba a resolver algunas cosas y luego vendría por mí —Respondió, finalizando con un leve suspiro.

— Y... ¿Crees que él va a venir por ti? —Preguntó dudoso, pero sonriendo hacia SuNoo.

Hm, en realidad me gusta pensar que sí, pero es probable que luego me llame diciendo que tengo que tomar un bus a casa —Se encogió se hombros, riendo levemente— Pero lo entiendo, sé que es difícil para él todo esto.

— ¿Y para ti?

— Lo intento lo mejor que puedo por mi padre, siento que si me ve mal quizás el se podría sentir peor —Admitió, moviendo levemente su cabeza para evitar la mirada de SungHoon.

SungHoon quería reír por lo dicho por SuNoo, algo que no hizo para que éste no sintiera que se estaba burlando, aunque deseaba hacerlo.

Ambos hablaron por unos minutos, en los cuales SuNoo evitó mirar a SungHoon, hasta que el padre de éste llegó. El señor Kim se quedó levemente paralizado en cuanto vio a SungHoon allí, ¿cómo había llegado tan rápido si estaban a una hora del hospital? o peor aún, ¿cómo sabía donde estaba su hijo?

— SuNoo, tenemos que irnos.

El nombrado se levantó de su lugar seguido por el pelinegro, mientras el menor se despedía y caminaba hacia su padre, la vista de SungHoon no se apartaba de la del padre de éste. No era una amenaza, quizás un pequeño recordatorio de lo que había firmado.

«En cuanto el trato es firmado, el demonio etiquetado como ayudante sabía todo acerca de la persona de la que acababa de recibir su vida»

𝗠𝗘 𝗔𝗡𝗗 𝗧𝗛𝗘 𝗗𝗘𝗩𝗜𝗟 ; SUNGSUNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora