Capítulo 3

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Viernes, 26 de julio de 2024

Los dedos de Chiara rasgaban las cuerdas de su guitarra. Se encontraba tumbada en la cama de su habitación, mirando al techo, mientras probaba una combinación de acordes a ver si alguno le cuadraba con lo que tenía en mente. Esa madrugada, después de haber acompañado a Violeta a su casa, se le había venido una melodía a la cabeza que a penas la había dejado dormir. Así que nada más despertarse y desayunar, se había puesto con ello.

Chiara siempre había tenido facilidad para componer. Como Ruslana le decía, era una máquina de escribir canciones. No le hacía falta mucho para componerte un par de temas en una tarde, más si era necesario. Sin embargo, ahora estaba bloqueada. Tenía muy clara la idea en su cabeza, pero ponerla en práctica le estaba costando horrores. Y Chiara estaba prácticamente segura que era culpa de la pelirroja que había entrado en su vida el día anterior. Da igual que no tuviese sentido, pero ella lo sabía.

Dejó la guitarra a un lado dispuesta a descansar un poco. A veces simplemente había que dejarse fluir y todo salía mejor, más natural. Dos golpes sonaron en la puerta de la habitación.

—Keeks, can I come in? —escuchó la voz de su hermano Joey al otro lado de la puerta.

Yes Joey. —su hermano entró.

Mom told me take the dog for a walk, but...

—Oh no. Esta vez no te vas a escaquear. —le señaló Chiara con la mano.

—Pero es que no me apetece. —se quejó Joey. Joder, 16 años y se sigue comportando como un niño pequeño. "Es que lo es" le dijo su subconsciente.

"Pues también es verdad".

—Mamá te ha dicho a ti, ¿verdad? Pues lo haces tú.

—¿Y no me puedes acompañar? Kraka no me hace ni caso.

Chiara fue a negarse, pero luego pensó que no le vendría mal tomar el aire y despejarse un rato. Así que asintió a la petición de su hermano, lo que causó un grito de "Great!" por su parte y Joey salió corriendo para recoger al perro que estaba en el jardín. Joey era diez años menor que ella e iba a comenzar primero de bachillerato. Estaba en plena adolescencia, etapa insoportable para cualquiera, por lo que por mucho que Chiara quisiese a su hermano, eso no impedía que la mayoría del tiempo no quisiese ahogarlo con la almohada por lo molesto que podía llegar a ser.

Tenía una muy buena relación con él, al igual que con Jasmine. Con su hermana sí que había discutido más veces, probablemente por la mayor proximidad en edad, pues se llevaban cuatro años, pero ahora se llevaban mejor que nunca y se ayudaban en todo. Siempre dejando a un lado los piques rutinarios, por supuesto. Sin embargo, con Joey desde que nació había tenido una relación muy especial, incluso más maternal. Se había pasado toda su vida jugando con él, llevándolo al parque, cuidándolo junto con sus amigas que tenían debilidad por el pequeño (todo fuese dicho, de niño era un encanto) ... Así que Joey siempre sería su hombrecillo pequeño, por mucho que creciese y por muy mayor que se creyese en ese momento.

Poco les costó a los dos hermanos Oliver llegar a la playa junto con su perro, Kraka. El animal era un Border Collie blanco y negro que la familia había adoptado seis años atrás, siendo apenas un cachorro. Era un perro precioso y servicial, le encantaba jugar con los tres hermanos, aunque últimamente pasaba más de Joey. "Seguro que él también nota la tontería que tienes encima" le había repetido Jasmine a su hermano en varias ocasiones. Chiara tenía una relación muy bonita con el animal. A pesar de que había llegado a la familia cuando ella estaba estudiando fuera y solo podía estar los veranos con él, cuando volvió a Menorca una vez había terminado sus estudios en la ESMUC, la Escuela Superior de Música de Cataluña, pocas veces se separaba Kraka de su lado cuando estaba en casa.

Alguien que te entiende || KiviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora