Capítulo 6

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Martes, 30 de julio de 2024

Violeta estaba en la cocina preparando la comida. Hoy se había decidido por un arroz con pollo siguiendo la receta de su madre, ese plato le salía riquísimo. Mientras estaba cocinando el pollo en la sartén bailaba al ritmo de Pretty girl swag de María Escarmiento, con la que había coincidido ya unas cuantas veces en eventos.

Se había levantado muy feliz, mucho más de lo que recordaba haber estado nunca. El día anterior con Chiara en la cala le había recargado las pilas. Además, la llamada de Noemí esa mañana no había hecho más confirmarle que todo iba bien por la empresa, así que su humor solo había mejorado.

No sabía de dónde habían salido las fuerzas para contarle a Chiara los principales problemas de su relación con Lucas. No era un tema "tabú" para ella, pero desde luego tampoco le gustaba hablar e incidir en ello. Cuando todo pasó tuvo que dar muchas explicaciones a la gente de su alrededor y el contarlo en voz alta no había hecho más agrandar el dolor tan fuerte que sentía en el momento. Tampoco sirvió el escuchar comentarios de todo tipo como "Era un cabrón, no se cómo no lo viste antes" o "¿Seguro que no podéis arreglarlo? No será para tanto...". Sin embargo, hablar del tema con Chiara, una persona tan comprensiva, empática y que le transmitía tanta seguridad, le había ayudado a sanar ciertas heridas o, al menos, desinfectarlas para que comenzaran a cicatrizar.

Así que esa liberación que estaba sintiendo mientras hacía su arroz con pollo en esa cocina de la casa de Menorca, era uno de los sentimientos más plenos que la atravesaban desde hacía mucho tiempo.

Dejó la carne haciéndose en la sartén a fuego lento y aprovechó para poner en la lavadora los bikinis que había utilizado hasta el momento, así como las toallas manchadas de arena y agua salada del día anterior. Mientras se encontraba buscando el cubo de la ropa sucia que tenía en el baño, su móvil comenzó a sonar y la pantalla se encendió dejando ver el nombre de su mejor amiga. Cogió la llamada y lo puso en altavoz.

—Denna, mi amor.

—Vio, cariño. ¿Qué tal por esas tierras tropicales?

—Pues sorprendentemente, muy bien. —le contestó Violeta mientras cogía el cubo y se dirigía a las escaleras para bajar a la cocina.

—Te noto alegre. —dijo sonriente la rubia.

—Puede que lo esté. —rio la pelirroja.

—Me alegro mucho, cariño. —dijo sinceramente su mejor amiga. Sabía por Juanjo alguna cosa de las vacaciones de la motrileña, pero decidió que esperaría un poco más antes de preguntarle. —Yo estoy hasta arriba de trabajo, no he podido hacer ni un poquito de turismo.

—Pues es una pena, Viena es preciosa. Ya te tocará.

—No te imaginas lo bien que me lo estoy pasando Vio. Nunca había trabajado en una producción tan grande y con tan buenos profesionales. Es una maravilla trabajar con el resto de los actores y que hayan apostado por mí de esta manera... Creo que nunca os voy a estar lo suficientemente agradecida a Juanjo y a ti.

—No tienes por qué estarlo. —le recriminó la empresaria— Denna, no aposté por ti y puse a Juanjo como tu representante porque fueses mi amiga. Sabes que mi padre me enseñó a llevar los negocios de la manera más profesional posible, así que, si aposté por ti y te recomendé a todas las productoras y directores habidos y por haber, fue porque nunca dudé del talento tan grande que tenías.

—Lo sé Violeta. Siempre os encargáis de recordármelo. Pero, aun así, gracias. Te quiero. —a las dos se les aguaron los ojos.

—Yo también te quiero, Almudena. —le contestó la pelirroja mientras dejaba el cubo al lado de la lavadora y comenzaba sacar los bikinis.

Alguien que te entiende || KiviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora