Capítulo 5

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Lunes, 29 de julio de 2024

Violeta estaba sentada en el porche de su casa a la sombra. Eran las once de la mañana y estaba esperando a que Chiara llegase a recogerla. El día anterior habían quedado a esa hora en la casa de la pelirroja para pasar el día en la cala que, según había dicho Chiara textualmente "es el sitio más bonito de todo Menorca".

Se habían intercambiado los números de teléfono, así que se habían pasado toda la mañana hablando por mensaje. Violeta haciéndole todo tipo de preguntas sobre cómo iba a ser el día qué tenía planeado y Chiara vacilándola y dándole apenas unas pocas pistas. Así que cuando Violeta había recibido la primera llamada de la semana de Noemí, incluso le había molestado ligeramente que le hubiese interrumpido la conversación con la morena. Sin embargo, pronto había recuperado su interés en lo que la subdirectora le estaba contando. Para su alivio, no había ningún problema y los contratos con las cadenas estaban en orden.

Violeta le preguntó si sabía algo acerca de cómo iba Juanjo con el trabajo, intentando indagar un poco acerca de lo que había presenciado el día anterior en la videollamada con el maño. Pero Noemí no sabía nada más a parte de que parecía que el nuevo representado y Juanjo habían congeniado bastante bien y estaban ya en proceso de buscarle eventos y entrevistas a los que asistir.

"Y tanto que han congeniado, pedazo de sinvergüenza..." pensó para sus adentros.

En esos instantes su móvil sonó. Lo encendió y en la pantalla de inicio vio un mensaje de la morena.

Chiara ;):

Llego en dos minutos

Violeta sonrió y comprobó por sexta vez que no se dejaba nada. Aunque tampoco era muy difícil. Chiara le había advertido que no se llevase demasiadas cosas pues ella sería la que se encargase de todo. Así que se había cogido una tote bag en la que había metido la toalla, la crema de sol, un bikini de repuesto y un libro por si tenía tiempo para leer. Llevaba un vestido blanco playero y unas sandalias color crema. Se había puesto unas gafas de sol de todas las que se había llevado y tampoco se había molestado demasiado en peinarse demasiado, pues probablemente acabaría con el pelo desastroso después de todo el día de playa. Así que sólo se había dejado sus hondas naturales.

Después de ese mensaje el coche de Chiara no tardó en aparecer al otro lado de la verja. La morena apretó el claxon para avisar de que había llegado y salió del coche a la par que Violeta se dirigía hacia ella y cerraba la verja.

—¡Buenos días! —exclamó Chiara feliz al verla.

—Buenos días. —le sonrió Violeta mientras se acercaba a darle dos besos.

—Bueno, —Chiara juntó las manos con una palmada y le sonrió a la pelirroja— ¿Preparada para ir al sitio más bonito que jamás hayas visto?

—Muy segura te veo yo a ti de que no he estado en sitios mejores.

—Porque lo estoy. —le contestó la menorquina mientras le abría la puerta del copiloto para que su acompañante entrase.

—Qué servicial...

—Yo siempre. —y con una sonrisa seductora cerró la puerta para ir al asiento del conductor.

"Cómo actúe con tanta soltura todo el día lo voy a pasar mal..." pensó Violeta.

Chiara puso su Citroen descapotable de color azul en marcha y comenzó a conducir hacia la salida del pueblo. Pasaron los primeros minutos en silencio, Chiara concentrada en la carretera y Violeta admirando el paisaje que era cada vez más bonito a medida que iban cogiendo altura en la carretera del acantilado. Cuando giró la cabeza para mirar a Chiara se concentró en el perfil tan perfecto que tenía la morena, en ese ceño ligeramente fruncido mientras conducía y en ese brazo que estaba apoyado sobre la puerta del coche mientras con el otro manejaba el volante. Estaba sumamente atractiva en esa tesitura y Violeta tuvo que carraspear con la garganta para quitar cualquier tipo de pensamiento que fuese en una dirección diferente a lo que habían acordado el día anterior.

Alguien que te entiende || KiviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora