Capítulo seis

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Cada día era más insoportable.

Nunca he sido una persona con paciencia, de hecho, esa palabra no existe en mi mente, mucho menos cuando se trata de una persona.

Desde que pasó eso con Heeseung, cuando los acompaño es todo incómodo, pero es mi trabajo y tengo que hacerlo como tal

Estaba en mi computadora, en la mesa de centro, era de noche así que nadie podía verme. No he podido tener mis sesiones con Lyna, el trabajo me tiene sin tiempo y agradezco mucho que me entienda.

Y sobre la universidad, entrego los trabajos por madrugada.

—¿Quién está ahí?

Cerré la computadora rápidamente, me levanté para cruzar el pasillo y choqué con el pecho de alguien.

—Mierda, cuidado.

La computadora cayó al suelo.

Heeseung prendió la luz y ya tenía ganas de llorar.

—Carajo. —balbuceó. 

—¿Siempre tienes que cagarla, Heeseung?

—No te vi.

Levanté mi computadora del suelo y la pantalla estaba rota.

—¿Para que te escabulles?

—No quería ser regañada, mi habitación da miedo como para estar sola.

—No seas tonta, da mas miedo estar aquí.

—Silencio. —hice un puchero al ver la pantalla quebrada —Maldita sea, tengo que entregar mis trabajos de la escuela.

Un ruido se hizo presente afuera, miré a Heeseung con confusión.

—¿Hay alguien de ustedes afuera? —pregunté en un susurro.

—No.

La cerradura de la habitación se empezó a mover desesperadamente.

Entonces sentí unas manos sobre mi cintura, él me jaló contra su pecho hasta poder sentir los latidos de su corazón.

Estoy soñando.

—¿De que me perdí? —la voz de Jake sonó al entrar a la habitación.

Heeseung bajó la mirada hacía mí y me separé rapidamente.

—¿Qué hacías afuera?

—¿Qué masacre pasó con tu computadora? —Jake señaló mis manos.

—Alguien hizo que la tirara.

—Estaba oscuro. —dijo. —¿Qué hacías afuera? —Heeseung volvió a preguntar.

—Solamente tiré la basura del edificio.—bostezó. —¿Por qué tan juntos?

—No es lo que piensas. —dije.

—Claro. —apretó sus labios, sin creerme.

—Mejor vete a dormir, Jake. —dijo Heeseung.

—No hagan cosas raras. —sonrió y se dirigió al pasillo.

—¿Había necesidad de tomarme de la cintura?

—Sí, te protegí.

—Mejor cómprame un ordenador nuevo.

—Bien.

—Era broma. 

Heeseung tomó mi ordenador y lo puso sobre la mesa. —Para mí no lo es, mañana te llevo a comprarte una nueva.

Amor Clandestino. - Heeseung Au.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora