CAP 8: Un Caballo?

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-Espero te haya quedado claro. –Dijo. Parado del otro lado de la reja metálica, dando media vuelta en dirección a su hija quien esperaba de brazos cruzados junto a dos centinelas a cada lado de la salida. -

-No lo puedo creer. –Susurro el otro demonio. –¡Los rumores eran ciertos! –Soltó una sonora carcajada que resonó en cada rincón de la oscura celda. – ¡Y él no tiene la menor idea! -

-Y así quiero que se quede. –Sentencio el demonio demandante. Dándole una gélida mirada al otro chico detrás de las rejas. Sus ojos carmín resplandecían en la oscuridad generada por la poca iluminación. Una mirada, solo una mirada bastó para que Vassago retrocediera temeroso, conociendo por experiencia propia lo que el contrario era capaz de hacer.

-Eres un enfermo. –Murmuro lleno de rabia. - ¡Tarde o temprano se va a enterar! Y esta vez, ¡No podrás hacer nada para detenerlo, Stolas! –

El nombrado paro su andar, pero luego de unos segundos retomo sus pasos hasta la salida, en total silencio. Haría hasta lo imposible para que eso nunca sucediera.

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Habían transcurrido ya dos días desde el trato con el demonio, pero aun tenia cosas que procesar. Desde esa noche los dolores punzantes no paraban de aparecer y tenia tantas preguntas, todas ellas sin respuesta. Tan solo debía esperar la llamada del susodicho. 

Bostece, cerrando mis ojos lagrimosos por la falta de sueño. Revolcándome en mi cama por novena vez consecutiva tratando de encontrar la posición perfecta para dormir, pero el ruido de la otra habitación no me lo permitía.

-¡UGHH! ¡YA CALLENSE! –Maldije en desesperación. Llevaba horas sin poder dormir porque a dos personitas les pego la calentura a mitad de la noche gimiendo sin parar. No era la primera vez que pasaba, ya que su habitación estaba a un lado de la mía escuchaba absolutamente todo y nunca me molesto, es más, me encantaba que disfrutaran de su sexualidad tan libremente, pero esa noche me sentía más sensible de lo usual. La madera de la camada rechinaba golpeando la pared que separaba nuestros cuartos. Pero en vez de parar, intensificaron el ruido.

-No le hagas caso moxxie. Solo tiene envidia de que estemos cogiendo y el no. –Murmuro Millie. –Malhumorado. -

- ¡Escuche eso! ¡Y no necesito coger para estar de buen humor! –Respondí, tapando mis oídos irritado. Obvio necesitaba coger, ya había pasado más de 5 meses sin sexo, y eso me ponía de mal humor. Masturbarse ya no era suficiente y sumando el estrés que había generado unos días atrás, lo hacían peor. Escuche el teléfono del primer piso sonar, aliviando la tensión. ¿Quién mierda llamaba a esa hora un viernes? Enrolle la gruesa frazada en mi cuerpo para cubrirme del frio, y baje rápidamente con los pies descalzos hacia la sala.–Diga. –

-Sr. Blitz. Lamento llamar tan temprano, pero le recuerdo que hoy es su reunión con el príncipe Stolas, ya hemos enviado a alguien para que lo vaya a buscar. –Dijo un hombre algo mayor del otro lado de la línea. Yo golpee mi frente, si no hubiera contestado habría podido quedarme en cama todo el día, aunque pensándolo mejor no quería escuchar a ese par de hormonales calenturientos. –Sr. Blitz? ¿Sigue ahí? –

-Sí, si ya te oí. –Respondí cansado. –Dime qué hora es. –

-Son las 4 de la mañana. –Respondió calmado.

Yo me quede en silencio. ¿Por qué mierda me quería un sábado a las 4 de la mañana? Colgué sin pensarlo dos veces y a pasos cortos me dirigí al baño. Ya era invierno y Hacia tanto frio que la idea de ducharme solo me daba escalofríos, pero apestaba, y la flojera me consumía lentamente haciéndome cerrar los ojos por el cansancio. bostece, Sería un día agotador.

ஜ Look My Way ஜ [STOLITZO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora